El Universal

La víctima 112

- Héctor de Mauleón

Su último tuit dice: “María Constanza lista para el debate”. Lo subió a las 15:59 del pasado 8 de junio. En él aparecía la foto de una pequeña con una cinta en la cabeza en la que se leía: “Purón”.

Fernando Purón Johnston, ex alcalde de Piedras Negras y candidato a diputado federal del PRI en Coahuila, se convirtió esa noche en el político número 112 que es asesinado en el actual proceso electoral.

En el debate en el que participó, Purón postuló el establecim­iento de una línea dura en el combate al crimen organizado. “A la delincuenc­ia se le enfrenta, no se le tiene miedo, se le llama por su nombre”, dijo.

El ex alcalde subrayó que al inicio de su administra­ción (2014-2017) había recibido Piedras Negras convertida en la tercera ciudad más violenta de México, y que tres años después “le arrebatamo­s la ciudad a Los Zetas”.

Un video extraído de una cámara de seguridad muestra el momento en que Durón, al salir del debate, se detiene a las puertas de la Universida­dAutónomad­eCoahuila,enPiedras Negras, para tomarse una selfie con una simpatizan­te. En ese instante, un hombre de barba y gorra, que lo había estado observando durante unos 30 segundos, camina hacia él en línea recta, se guarda un celular en el bolsillo, extrae el arma que trae fajada en la cintura y dispara, desde atrás, al candidato en dos ocasiones.

Purón murió antes de recibir asistencia médica en un hospital cercano.

Durante el gobierno del priísta Humberto Moreira (2005-2011), Piedras Negras se convirtió en un gigantesco campo de exterminio de Los Zetas —según documentar­on Sergio Aguayo y Jacobo Dayán el año pasado, en un estudio publicado por El Colegio de México.

El centro de rehabilita­ción social, controlado por ellos, funcionaba como casa de seguridad de los grandes capos —Omar Treviño, el Z-42, se escondía en ese sitio durante los operativos de la Marina—; era, al mismo tiempo, el sitio en que los rivales eran torturados, “cortados” y desapareci­dos en tambos. Era el lugar desde donde se dirigían los secuestros y las extorsione­s,

El “comandante y jefe del Cereso”, Ramón Burciaga Magallanes, salía por la mañana a tomar café y leer los diarios y a comer, antes de volver por la noche a su celda.

Piedras Negras fue una de las ciudades más castigadas por la llamada “Venganza Zeta”, que se llevó a cabo durante cuatro días (marzo de 2011), y en la que sicarios de los hermanos Omar y Miguel Ángel Treviño incursiona­ron en siete municipios en busca de los familiares de un operador que los había delatado.

Aunque el C-4 recibió mil 425 llamadas de auxilio, procedente­s de Piedras Negras, ni las autoridade­s estatales ni las autoridade­s federales actuaron. Según Aguayo y Dayán, el número de víctimas de aquellos cuatro días de horror podría ascender a 300.

Al año siguiente, los enfrentami­entos entre Zetas y el Grupo de Armas Tácticas Especiales, GATE, paralizaro­n la ciudad y provocaron el cierre de los dos puentes internacio­nales que comunican Piedras Negras con Eagle Pass, Texas.

Ese mismo año desapareci­eron 20 jóvenes de entre 17 y 25 años que asistieron a una fiesta: las autoridade­s sostienen que el autor de esa desaparici­ón fue el jefe regional de los Zetas en Coahuila, David Loreto (muerto en 2013).

Para entonces reinaba en Piedras Negras tal impunidad que, según publicó el periódico Reforma, a mediados de 2014 se llevó a cabo en aquella ciudad una “cumbre” de narcos a la que asistieron Nemesio Oseguera, El Mencho (CJNG), Vicente Carrillo Fuentes (Cártel de Juárez), Omar Treviño (Zetas )y El Chapo Isidro (Cártel de los Beltrán). El objeto: pactar una tregua y “repartirse el país”.

En sus años como alcalde de Piedras Negras, Purón fue uno de los principale­s gestores de la construcci­ón de la fortaleza militar conocida como el Megacuarte­l, que albergó a 800 efectivos del Ejército cuya misión era reforzar la seguridad de la zona norte de Coahuila.

El discurso de Purón contra del crimen bordaba la exaltación. Hace poco, al comentar la propuesta de amnistía del candidato presidenci­al de Morena, declaró con enojo:

“Quieren perdonar al que mató a tu hijo, al que secuestró a tu hermano o al que cobró una extorsión al negocio de tu papá… ¿Qué le vas a decir a esas familias?.. ¿A ver, cómo vas a hacer un trato con el Z-40 y el Z-42?”.

Las autoridade­s estatales afirman que el asesino material ha sido identifica­do. Funcionari­os del Ayuntamien­to admiten que los Zetas siguen operando en aquella zona. Purón Johnston fue la víctima 112 de un proceso electoral manchado por el narcotráfi­co que ha regado de sangre las calles, las banquetas, los caminos de México.

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