Características de una grabación audiófila
Como coadministrador de un foro de audio, me resulta común encontrar a mis amigos enfrascados en interminables discusiones audiófilas sobre los aspectos más técnicos del hobby y, en ocasiones, las aportaciones de los profesionales del medio y de los aficionados más experimentados terminan siendo una valiosa herramienta para los amigos más jóvenes del grupo. Vivimos en la era del Internet y de los foros dedicados al audio High End en donde se podrá encontrar muchas experiencias generosamente compartidas para quien guste de su lectura.
En AVForo (www.avforo.com), algunos amigos debatían sobre la técnica con la que se realizan las grabaciones modernas, si era mejor la realizada en equipos analógicos o en equipos digitales y muy particularmente, lo que los ingenieros de sonido debían hacer con el material grabado antes de editar el álbum para su producción masiva en vinilo, CD o SACD.
Más de doscientas respuestas mostraron la idea que los audiófilos tienen sobre lo que deberíamos encontrar en una buena grabación y, en contraparte, un conocido ingeniero de sonido nos explicó cómo la grabación de un concierto está llena de compromisos, empezando por el presupuesto destinado, así como la enorme diferencia que existe entre la escucha de una interpretación en vivo contra el sonido captado por los micrófonos y almacenado en un disco duro.
Al respecto, el ingeniero Gerardo Macín nos explicaba que para grabar un concierto de música clásica no solo se requiere de equipo con tecnología del mejor nivel (además de una técnica depurada) como piensan los audiófilos, sino de encontrar el balance entre cada uno de los proyectos y el presupuesto asignado, así como la experiencia de quien lo hace. En broma decía: ojalá y existiera un botón de encendido que nos permitiera grabar a una orquesta de la manera más purista posible, así, en automático . Este botón a la fecha no existe, por lo que una buena grabación depende totalmente de la sensibilidad del ingeniero de sonido y su capacidad para extraer toda la capacidad de los equipos disponibles.
Un micrófono se sitúa entre 8 y 12 pies del solista, dependiendo del instrumento y de la acústica de la sala, distancia que se estima en base a la experiencia del ingeniero. A diferencia del oído humano, los micrófonos son muy direccionales por lo que se debe encontrar una distancia tal que nos permita la posibilidad de recrear en la mente el espacio donde fue grabado el concierto cuando lo reproducimos en nuestras casas. La mezcla de varios micrófonos nos permitirá recrear esta atmósfera con mayor precisión y realismo y, evidentemente, a mayor número de micrófonos aumenta la tarea del ingeniero de sonido encargado de la producción.
El ingeniero Macín responde lo que personalmente busca cuando graba un concierto: busco naturalidad, un sonido con peso, con balance entre instrumentos, balance tonal y coherencia; que los instrumentos estén en su justo lugar en el escenario y especialmente que estos tengan un sonido terso. Y seguramente el aspecto más importante, busco que la grabación tenga una estética tal que le permita al escucha disfrutar de la obra . Y me ponía el ejemplo de la técnica para grabar a un violinista. La correcta ubicación y distancia del micrófono es sumamente importante, ya que demasiado cerca se perdería la hermosa interacción entre la acústica de una buena sala, como la Nezahualcóyotl, con la depurada técnica de por ejemplo, el joven maestro Philippe Quint y el violín Kiesewetter Stradivarius que le ha sido asignado (sí, ese que dejó olvidado en un taxi en Nueva York).
Esta declaración ciertamente causó impacto en algunos audiófilos que creen que la grabación debería ser totalmente pura, sin maquillaje, vamos, minimalista por llamarle de alguna manera. En teoría es bueno que se pudiera hacer algo así, pero entonces nos encontramos con que el sonido percibido en una sala de gran acústica como la Nezahualcóyotl y el sonido captado por los micrófonos presentan diferencias enormes que hay que conciliar. A mi manera de ver el hobby, resulta casi imposible lograr una grabación realmente pura, al menos con la tecnología disponible. A eso súmele que en la actualidad pocas grabaciones se hacen en equipos analógicos y hasta las disqueras más importantes a nivel mundial han cambiado por equipos digitales. La economía del mercado y la facilidad para grabar en digital a bajo costo han marcado el camino de los estudios de grabación.
La charla sobre Quint nos trajo a l a mente l a estupenda grabación realizada en 2007, por el ingeniero Tom Lazarus en la sala Nezahualcóyotl, del Concierto para violín de Korngold, interpretado por Philippe Quint y l a Orquesta Sinfónica de Minería con la batuta del maestro Carlos Miguel Prieto. Nos comentó el ingeniero Macín que Tom Lazarus usó dos micrófonos para grabar a Quint: el afamado Neumann U47 de bulbo y un Sennheiser figura 8. La grabación fue de gran nivel y alcanzó rápidamente el éxito entre los aficionados, así como el reconocimiento de la industria de la música, mismo que le valió ser nominada al Grammy en la categoría como Mejor interpretación solista . El disco editado por el sello Naxos presenta un sonido soberbio y muestra la gran técnica de Quint. Le recomiendo ampliamente la compra de este increíble álbum, independientemente de si le agrada este género musical, le servirá para entender un poco más los conceptos de grabación aquí expresados.