Beneficios de tener una mascota durante el embarazo
Hasta hace algunos años, muchas parejas decidían alejarse de sus perros cuando tomaban la decisión de tener un bebé. Por desgracia, en la actualidad está situación se sigue presentando, a pesar de que se ha indicado que convivir con animales no es perjudicial para la gestación.
Si bien es normal priorizar la salud del bebé y sentir un poco de preocupación, contar con el apoyo de una mascota puede aportar grandes beneficios. De hecho, siempre y cuando se tengan en cuenta algunas medidas de seguridad, un perro puede ser la mejor compañía. Por este motivo, no es necesario considerar darlo en adopción y mucho menos abandonarlo.
¿Qué beneficios traen los perros durante el embarazo? Su amor incondicional y sus comportamientos son saludables en la gestación y cuando nace el bebé. Descubre por qué.
Beneficios que traen los perros durante el embarazo:
La noticia de un embarazo trae consigo una amplia variedad de dudas. En el caso de los dueños de mascotas, surge el temor por la relación de la seguridad del bebé con estas. Por mucho tiempo se pensó que tanto el pelo como el contacto con el animal acarreaban riesgos e infecciones.
No obstante, lejos de la realidad, tener un perro en casa aporta grandiosos beneficios en todo el desarrollo de la gestación. Su lealtad, inteligencia y compañía apoyan los continuos cambios de la embarazada y facilitan el control de emociones como la ansiedad. ¿Qué otros beneficios aportan?
Ayudan a controlar el peso:
Tener perros durante el embarazo puede ayudar a prevenir problemas de sobrepeso en la mujer. Muchos están acostumbrados a salir a caminar o dar un pequeño paseo diario. Debido a esto, son la mejor excusa y compañía para quemar un “extra” de calorías. Entre otras cosas, esta actividad previene complicaciones en el momento del parto y disminuye el riesgo de nacimiento prematuro. Además, promueve el buen funcionamiento del sistema cardiovascular y disminuye el riesgo de diabetes gestacional. ¡Genial!
Disminuyen el estrés:
Los cambios hormonales y físicos que se dan durante la gestación son grandes detonantes de episodios de estrés. A pesar que hay muchas técnicas de relajación para paliarlos, tener un perro en casa puede ser suficiente para prevenirlos.
La compañía canina hace que las personas se sientan más felices porque estimula la segregación de endorfinas. Sumado a esto, son un gran apoyo emocional, pues aunque no pueden hablar tienen la manera de hacer sentir que todo estará bien.
Preparan para ser madre:
No queremos decir que cuidar un perro es lo mismo que cuidar un bebé. Sin embargo, tener uno en casa enseña de responsabilidades que son similares a las de la maternidad. Los perros son dependientes y necesitan atenciones como las que da una madre a su hijo.
Aportan seguridad:
Contar con perros durante el embarazo es tener protectores incondicionales. Saber que están ahí produce una sensación de seguridad que puede mantener alejada la ansiedad. Gracias a sus habilidades, ellos pueden indicar la presencia de alguien en los alrededores o animales no deseados en casa.
Entienden los cambios de humor:
Cuando nadie más parece entender los cambios de humor que atraviesa una embarazada, aparecen los perros. No importa si hay gritos, llantos o emociones fuertes de por medio, los caninos siguen fieles y dispuestos a escuchar lo que sea.
Para las mujeres en gestación es un beneficio con mucha relevancia, pues les permite sentirse más tranquilas y amadas cuando no consiguen controlar sus emociones.
Cuidan el embarazo:
Los perros tienen una cualidad que a veces no tienen las personas: la empatía. No importa si son machos o hembras, o si nunca han atravesado un embarazo, sus sentidos les permiten comprender a la perfección el estado de su dueña.
Como si tuviesen un sentido especial o extraordinario, estos amigos incondicionales empiezan a estar más pendientes y saben cómo hacer sentir mejor a la embarazada. Además, no exigirán tanto juego como antes y permanecen alertas por si ocurre alguna emergencia.
Y cuando llega el bebé…
Son capaces de asumir el papel de “cuidador”. Se toman tan en serio esta tarea que alertan cuando una persona desconocida se quiere acercar al pequeño. Asimismo, aunque faltan evidencias científicas, se dice que pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunitario del niño.