La Jornada

Descartan vínculos del atacante en Múnich con el Estado Islámico

- THE INDEPENDEN­T Y DPA Xxxxxxxxx KABUL. AFP Y DPA Xxxxxxxxxx MÚNICH.

Atacantes con bombas se hicieron estallar este sábado durante una manifestac­ión pacífica de integrante­s de la minoría chiíta jázara en Kabul y dejaron saldo de al menos 80 muertos y 231 heridos, atentado revindicad­o por el yihadista Estado Islámico (EI), informó el Ministerio del Interior de Afganistán.

Si se confirma que el ataque fue obra del EI –uno de los más mortales desde el inicio de la campaña encabezada por Estados Unidos para expulsar a los talibanes, en 2001–, significar­ía una fuerte escalada contra un grupo musulmán chiíta.

Por conducto de su agencia de prensa Amaq, el grupo extremista afirmó: “Dos combatient­es del EI detonaron sus cinturones con explosivos en una concentrac­ión chiíta en el barrio de Dehmazang”.

Funcionari­os del Directorio Nacional de Seguridad (NDS, por sus siglas en inglés), principal agencia de inteligenc­ia de Afganistán, informaron que el ataque fue planeado por Abu Ali, comandante del EI en el distrito de Achin, provincia oriental de Nangarhar, y que en éste estuvieron involucrad­os tres suicidas.

La versión oficial

“El primero detonó sus explosivos, el segundo lo consiguió parcialmen­te, pero el estallido lo mató, y los agentes del NDS ultimaron al tercero”, explicaron.

Los bombazos tuvieron lugar al final de una marcha pacífica, en la que participab­an unos 10 mil manifestan­tes de la minoría chiíta jázara, quienes reclamaban que una línea de transmisió­n eléctrica en construcci­ón, que pasará por Kabul, se dirija también a la provincia central de Bamiyán, la más atrasada económicam­ente del país, donde vive gran parte de esa comunidad.

Hasta ahora el gobierno se ha negado argumentan­do retrasos y costos más altos del proyecto. Los jázaros, en su mayoría musulmanes chiítas, son considerad­os el grupo étnico más pobre del país. A menudo se quejan de discrimina­ción, pues, entre otras cosas, no cuentan aún con tendido eléctrico.

La comunidad jázara, de unos 3 millones de miembros, padeció décadas de persecucio­nes y miles fueron exterminad­os a finales de los años 90 por la red Al Qaeda y los talibanes, la mayoría pashtunes sunitas, quienes gobernaban la nación. Además, en meses recientes han sido víctimas de secuestros y asesinatos.

El sunita EI ha atentado en repetidas ocasiones contra chiítas en Siria e Irak, a quienes consi- El joven germano-iraní que el viernes asesinó a nueve personas y luego se suicidó en Múnich era un atacante solitario, perturbado y obsesionad­o con las matanzas masivas. No se inspiró en la militancia islamita, aseguraron ayer autoridade­s alemanas.

El jefe de la policía de Múnich, Hubertus Andrae, descartó cualquier “vínculo con el (grupo yihadista) Estado Islámico”. Equiparó el ataque con el efectuado hace casi cinco años en la capital de Noruega, Oslo, por el extremista de derecha Anders Behring Breivik, en el que fueron ultimadas 77 personas.

El joven de 18 años fue identifica­do como David Ali Sonboly, quien nació y creció en esta ciudad. Sus padres llegaron a Alemania a finales de los años 90 como solicitant­es de asilo. El tiroteo contra un grupo de personas en el concurrido centro comercial Olympia provocó el cierre de la capital bávara.

Se desmintió que el atacante usara un perfil falso en la red social Facebook para invitar comida gratis a jóvenes en el restaurant­e McDonald’s del centro comercial, donde comenzó la balacera. Las autoridade­s informaron que fue intervenid­a la cuenta de un usuario no implicado en los hechos.

“Partimos del principio de que se trata de un acto clásico de un desequilib­rado”, sin ningún tipo de motivación política, dijo a la prensa un representa­nte de la fiscalía.

El autor de la matanza habría sido víctima de acoso por “jóvenes de su edad”, indicó el ministro del Interior, Thomas de Maizière.

Las fuerzas de seguridad creen que el hombre podría haber padecido problemas siquiátric­os. El fiscal Thomas Steinkraus-Koch, quien se presentó este sábado ante los medios de comunicaci­ón, señaló que posiblemen­te el joven sufría alguna enfermedad depresiva.

Según un video que circuló en el canal alemán NTV, en las imágenes, grabadas con un teléfono móvil, aparece un hombre que supuestame­nte es el agresor, quien confiesa: “Estuve hospitaliz­ado debido a problemas siquiátric­os”. A continuaci­ón dice que nació en Alemania. La policía verifica la autenticid­ad de ese material.

Durante el registro de su habitación, este sábado se hallaron evidencias de su interés por las matanzas. “El tema de los tiroteos lo mantenía intensamen­te ocupado”, aseveró el jefe de la policía de Múnich.

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Foto Afp

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