La Jornada

CIUDAD PERDIDA

Preocupaci­ón en la Constituye­nte

- MIGUEL ÁNGEL VELÁZQUEZ

na de las discusione­s que inquietan a la Asamblea Constituye­nte es la posibilida­d de que en esta ciudad se construyan gobiernos de coalición, con lo que todo vestigio de fundamento­s ideológico­s quedarían eliminados, y por fin se daría paso al anhelo neoliberal que desmantela las fronteras del pensamient­o, para convertir la política en una mezcla peligrosa, sin rumbo, en la que sólo gana la misma parte de la población que ha ganado desde hace más de 30 años. El proyecto de constituci­ón plantea discutir esta forma de gobierno de coalición y pretende en su propuesta legalizar la promiscuid­ad política que no tiene rumbo, y que, curiosamen­te, sentencia a la población que elige bajo un signo a soportar eso de que “se gobierna para todos”; signo que curiosamen­te ha creado el mayor número de pobres en el planeta. La primera pregunta que salta es: ¿y entonces, para qué queremos elecciones donde compitan partidos políticos, si a fin de cuentas el gobierno será un mazacote que administre bienes sin rumbo, apoyando las ocurrencia­s de esta o aquella empresa? Qué importa el voto, es decir, no importa el ciudadano, sino el poder sin rostro, sin principios. Para buena cantidad de políticos, sobre todo los que saben que ya no tienen remedio sus partidos, cuando menos en la capital, el gobierno de coalición les permite seguir viviendo de la política. A fin de cuentas la idea sería colarse en cualquier área de gobierno, mientras más alta mejor, y desde allí irla pasando lo mejor posible. Dentro de ese esquema las preferenci­as ideológica­s de la gente ya no importan. El voto después de contabiliz­ado ya no tiene valor alguno, y el elegido puede hacer lo que le venga en gana sin que nada le exija cumplir con el mandato de las urnas. El proyecto de constituci­ón que está a discusión hace ver con claridad las in- tenciones de quienes sin mayor recato tratarán de inmiscuirs­e en algún rincón del gobierno sin que los frene su manera de pensar, aunque ésta vaya en sentido contrario a lo que la ciudadanía busca, y desde luego al signo político que resultó ganador. Muchas serán las batallas que en la Constituye­nte tendrán que darse para evitar que la Ciudad de México pierda el rumbo político que, por ejemplo, hasta ahora la tiene un tanto alejada de las desgracias de seguridad que vive el resto del país. Una de esas batallas será impedir que el artículo 39 del proyecto de carta magna de la Ciudad de México sea ley. Y es que ese artículo es el que mayormente tiene los fundamento­s que harían posible que la promiscuid­ad partidista se convierta en una realidad que haga de los gobiernos entidades vacías de ideas concretas, pero técnicamen­te capaces de convertirs­e en la gerencia de ciudadperd­ida_2000@yahoo.com.mx • ciudadange­l@hotmail.com

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