La pionera de la industria
Ford fue la primera automotriz en implantar un sistema de producción en serie
Aprincipios del siglo Ford casi duplicó la producción de su modelo T en sólo dos años, y lo hizo gracias a la instalación de un sistema de producción en línea, pero también a que mejoró las condiciones laborales de sus trabajadores pues, según su fundador, Henry Ford, la clave de la e ciencia productiva es contratar y mantener a los mejores.
En 1914, el visionario se enfocó en captar el mejor talento y reducir la rotación de sus trabajadores. Lanzó un programa de ‘motivación salarial’, que consistió en duplicar el sueldo a sus trabajadores, pasando de 2.34 a cinco dólares diarios, más del doble de lo que se pagaba a la mayoría de estos empleados en aquella época.
El salario de cinco dólares se ofrecía a los hombres mayores de 22 años que hubieran trabajado durante seis o más meses. Esta táctica le resultó provechosa, pues los mejores mecánicos de Detroit de inmediato buscaron emplearse en Ford, incrementando la productividad y reduciendo los costos de ensamble.
La losofía del fundador de Ford, una de las tres marcas que conforman al grupo conocido como las Tres Grandes de Detroit —junto con y Chrysler—, es parte de su manufacturero, pues a más de 100 años de su fundación, los empleados son la clave de la e ciencia productiva. “Tenemos un sistema operativo basado en tres pilares: operación, vehículos y empleados, pero la clave para que los primeros dos pilares funcionen es la gente”, dice José Islas, director de Manufactura de Ford México.
Explica que la mano de obra en una planta de ensamble automotriz representa alrededor de 10% del costo operativo total, “pero multiplica su valor, por lo que aporta, crea y produce”.
Ford es una de las rmas automotrices que ofrecen los mejores salarios en México, según un comparativo de 11 contratos colectivos de trabajo. Por ejemplo, para un técnico en mantenimiento, el sueldo es de 490 pesos. Sólo la supera Volkswagen.
EL FORD T
El Ford T apareció en el mercado el 1 de octubre de 1908; es un modelo sencillo de conducir, muy barato (825 dólares de aquella época) y fácil de reparar, cualidades que impulsaron su venta. Para 1918 la mitad de los coches en Estados Unidos eran Ford T.
Pero tras la depresión del 29 y la Segunda Guerra Mundial, la sociedad estadounidense se volcó al consumismo y la búsqueda de la opulencia. La crisis del petróleo de los años 70 cambió todo el panorama de las Tres Grandes de Detroit. Ford, y Chrysler tuvieron que dejar de lado el tamaño y la potencia, característicos en sus modelos, y concentrarse en la e ciencia de combustible.
CREADORES DE SISTEMAS
En 1913, Henry Ford instauró en su fábrica de Detroit un sistema de cintas de ensamblaje móviles, que permitió escalar la producción del Ford T, de 250,000 unidades en 1914, a 470,000 en 1916. Así, el costo de producción de cada modelo bajó 360 dólares.
Desde entonces, la e ciencia operativa es un tema crítico para la armadora. Para lograrlo, en las plantas se incorporan mejores prácticas de otras locaciones del mundo Ford, pero también de la industria automotriz, dice Islas. En los 80, por ejemplo, adoptó conceptos de la manufactura nipona en sus procesos productivos y en el desarrollo de nuevos modelos, pues en ese momento el mercado estadounidense abrazaba con entusiasmo los diseños pequeños y los motores e cientes de los vehículos japoneses.
En aquellos años, la rma del óvalo invirtió 500 millones de dólares (mdd) en una nueva planta construida bajo el concepto lean, para producir un modelo pequeño para el mercado estadounidense.
Taiwán, Canadá, Portugal y México fueron las locaciones consideradas para establecer el nuevo complejo. Ford eligió a Hermosillo, Sonora, por su ubicación.
Fue una de las primeras plantas de Ford con un layout lean, basado en otra de Mazda, ubicada a 300 km de Hiroshima. “Tiene forma de ‘H’, un diseño que facilita el ujo de los vehículos”, a rma Enrique Araiza, director de la planta del complejo de motores de Ford, en Hermosillo.
Arrancó operaciones en 1986 y el primer modelo que se fabricó fue el Mercury Tracer, basado en la plataforma del Mazda 323, sólo para el mercado estadounidense. Desde su construcción, la planta ha sufrido algunas adecuaciones, pero mantiene su diseño de ‘H’. De la línea de ensamble hoy salen 1,420 unidades al día. Alrededor de 90% de esta producción se exporta, principalmente a Estados Unidos. †