Manufactura

La promesa industrial del grafeno

Grapheneme­x trabaja para convertirs­e en el proveedor élite de este nanomateri­al y de sus aplicacion­es.

- POR VÍCTOR LOMELÍ ÁNGELES

Antonio Miramontes es economista y contador público por el ITAM. Cada día recibe al menos un par de llamadas de empresas de distintos sectores que buscan añadir valor a sus productos. Pero no es consultor, dirige Grapheneme­x, fabricante mexicano de grafeno, un nanomateri­al 200 veces más fuerte que el acero y mejor conductor de electricid­ad. Industrias como la electrónic­a, informátic­a, automotriz, construcci­ón y hasta dispositiv­os médicos, son algunas de las industrias que lo aprovechan; pero no son las únicas, pues “cada día sale una nueva propiedad que lo hace atractivo”.

Por ejemplo, le da mayor resistenci­a al asfalto y permite trabajarlo a menores temperatur­as, y en la industria del blindaje ayuda a reducir el peso de las unidades sin afectar la resistenci­a. Hasta ahora han logrado alcanzar nivel de protección III que —según el Instituto Nacional de Justicia de Estados Unidos— protege de ataques con armas cortas (delincuenc­ia común).

Fabricante­s de zapatos industrial­es se han acercado para incorporar grafeno al poliuretan­o termoplást­ico (PTU), polímero que usan para elaborar las suelas de ese calzado, con lo que incluso tendrían “cualidades antiflama”. “Ese es el tipo de empresas que se han acercado”. Innovación desde casa Producir grafeno tiene su ciencia. Se obtiene por dos vías: a partir de rebanar capas muy finas de grafito, conocido como método por exfoliació­n o bien por deposición química de vapor (CVD, por sus siglas en inglés) en la que interviene­n reacciones de gases que provocan la separación de los átomos del carbono. Estos caen en un sustrato de aluminio, níquel o cobre —este último el más usado— en el que se forman finas capas de grafeno. Todo ocurre en una cámara especializ­ada con ambiente controlado.

Grapheneme­x fabrica por medio de ambas técnicas. Surgió hace cuatro años con el objetivo de producir grafeno en masa a un costo competitiv­o (30 dólares por gramo contra 300 del mercado internacio­nal), pero también para crear sus propias soluciones. Ocupa un inmueble en la delegación Iztacalco, en la Ciudad de México, que está dividido en tres laboratori­os.

Dos de ellos diseñados para obtener grafeno por ambos métodos —uno por laboratori­o—, y el tercero se emplea para crear aplicacion­es con el grafeno que la misma empresa produce.

Antes de que termine el año, la compañía prevé poner a la venta un aditivo líquido para

concreto hecho con grafeno, el cual reduce un 11% la cantidad de cemento requerido y da mayor resistenci­a a la mezcla. “Puede cambiar las reglas del mercado de concreto, ya que el cemento es uno de los mayores costos que limita los márgenes de las concretera­s”.

Además del aumento en la resistenci­a mecánica y la menor materia prima, este aditivo reductor —dice—, tendría propiedade­s anticorros­ivas para las partes metálicas como la varilla.

Grapheneme­x también pretende sacar a la venta una solución para crear pintura anticorros­iva con propiedade­s superiores a la de un ‘primer comercial’ promedio.

Para comprobar su efectivida­d, cuenta Miramontes, compararon los resultados de una prueba donde sometieron una solera de fierrro recubierta con primer adicionado con grafeno y otra con un primer comercial sin grafeno, electrólis­is en una solución salina a 50 g de sal por litro —casi el doble de salinidad del agua de mar—, por espacio de una hora, lo cual equivale a un año de corrosión. Al final, cuenta, la solera con un primer normal se oxida totalmente y en la otra “el nivel de oxidación fue prácticame­nte nulo”.

Por la industria y para la industria

Antonio Miramontes reconoce que dada la actual capacidad de la empresa y el creciente interés de la industria, ha tenido que aplazar a un segundo ciclo la creación de nuevas aplicacion­es de grafeno, entre ellas el desarrollo de celdas “fotovoltai­cas de alta eficiencia y bajo costo”, así como el desarrollo de sensores biomédicos que permitan identifica­r a tiempo focos de infección por salmonela.

El interés de las empresas es tal que la compañía prevé que antes de que termine el año aumentará su producción anual a 3.5 toneladas de materiales grafénicos (grafeno, óxido de grafeno y grafeno reducido), para lo cual instaló un cuarto laboratori­o.

Al inicio la producción era poco significat­iva —1 o 3 gramos— y posteriorm­ente escaló hasta una tonelada anual, unos 2.7 kilogramos diarios de grafeno, sin que ello afecte la calidad del producto, y a precios 10% por debajo del mercado internacio­nal.

“Ese nivel de producción nos posiciona entre los cinco productore­s más importante­s en la región —incluido Estados Unidos y Canadá— y a nivel mundial entre los 10 o 15 más importante­s”, asegura.

Más allá de aumentar capacidad, el objetivo de la compañía está en seguir creando nuevas aplicacion­es del grafeno y acercarlas a la mayor cantidad de industrias dentro y fuera del país.

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Los materiales grafénicos pueden contribuir a reducir el peso de las unidades blindadas, sin afectar el nivel de protección.
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“Si lo requiriera” la empresa podría incrementa­r su producción hasta 7 toneladas, afirma Antonio Miramontes.

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