EMPRENDIMIENTOS EN EL AGRO
Un negocio atractivo para el sureste.
E n enero pasado, el Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) cumplió sus primeros cinco años de vida. A lo largo de su corta historia, el Fondo Nacional del Emprendedor (FNE) no ha estado exento de altibajos presupuestales algo que —según datos oficiales— no han mermado el apoyo a los emprendedores. En 2017, los recursos totales del FNE ascendieron a 6,671 millones de pesos, la cifra más baja desde 2015; pero apoyó a más de 29,000 proyectos, la mayor cantidad de su existencia, según datos de la Secretaría de Hacienda y el Fondo. Los emprendimientos agrícolas apenas representaron una pequeña parte del resultado anual, aunque su potencial es mayor, reconoció Itzel Villa, directora general de Programas de Emprendedores y Financiamiento del Instituto, sobre todo en la zona sureste del país.
En estados como Oaxaca “hay interés por detonar emprendimientos agrícolas que también tengan impacto social”.
El agro, dijo, es de los sectores más interesantes incluso para los fondos de inversión, y ellos “saben que este tipo de proyectos no los encuentran en la Ciudad de México”.