Días de guerra
Viene lo peor, lo que no queremos ver como ciudadanos: estrategias para ahuyentar a los votantes. Así ha ocurrido en los recientes procesos electorales en todo el país y en particular en nuestro Estado de México.
Ya está ocurriendo. Prácticas de poca ética como regar cabezas de cerdo en sitios públicos para espantar al electorado, llamadas telefónicas o mensajes por celular en los que te informan que algo peor va a ocurrir y que es mejor no salir de casa, o que si no haces lo correcto te irá mal, actos de intimidación, la ‘siembra’ de delitos contra algún candidato, la de las despensas supuestamente ofrecidas por otro partido; todo es inadmisible.
Desde ayer y hasta el próximo miércoles las candidatas y candidatos realizan sus cierres de campaña y vendrán después tres días de reflexión, horas que algunos malos políticos utilizarán para eso, para inhibir la participación ciudadana. ¿Por qué ellos? Porque son ellos, los líderes, quienes pueden detener este golpeteo electoral y si instruyeran no hacerlo les estaría escribiendo otro panorama, otra historia, pero es cuestión de valores.
Y es que desde el año 2000 hemos dejado de acudir a las urnas en el Estado de México. Desde que se tiene registro de este tipo es la única elección con alta participación; 65.8 por ciento de mexiquenses acudieron a las urnas para elegir nuevo Presidente del país, alcaldes y la renovación del Congreso.
Para el próximo domingo auguro una participación similar, simple y sencillamente porque se tienen características similares en lo político, económico pero más en lo social en el país: en el 2000 el efecto Fox, hartazgo, inconformidad, hoy un efecto AMLO con lo mismo y más.
En el proceso electoral más reciente en el Edomex, para elegir a gobernador, la participación ciudadana fue de 53.7 por ciento, un número interesante pero no el deseado. Hace tres años, cuando también se eligieron 125 presidentes municipales y el Congreso acudieron a las urnas 50.4 por ciento de los mexiquenses inscritos en la lista nominal. No es lo que se espera aunque en el Instituto Electoral del Estado de México echen campanas al vuelo.
Si lo vemos fríamente solo 5.5 millones de ciudadanos están decidiendo por todos, por más de 12 millones de habitantes. Después por eso vienen los problemas, las inconformidades que duran 3 o 6 años. Hoy es momento de seguir aumentando la participación electoral, no es cuestión de números, es cuestión de legitimar a nuestros gobernantes.
Deseo de verdad que haya civilidad en estos días y que demostremos como ciudadanos y políticos que podemos tener unas elecciones ejemplares. Hago un llamado al cese de la guerra electoral, ya tuvieron los políticos 35 días para demostrarnos quiénes son y qué ofrecen.