Milenio Laguna

Solo 14% de los padres participa en el aprendizaj­e

EN RIESGO DE NO DESARROLLA­RSE BIEN, 43% DE LOS MENORES En México faltan políticas públicas para propiciar eso, pero no se impulsan porque “nadie quiere asumir el costo político”, señala directiva del Unicef

- Gabriel Bolio y Fanny Miranda/ México

n México faltan políticas públicas para que los padres varones puedan participar más en el desarrollo de sus hijos, pero los gobiernos no impulsan iniciativa­s para ello debido a que “nadie quiere asumir el costo político, porque son programas que dan resultados a largo plazo”, señaló Claudia González Romo, directora global de Abogacía Pública del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Con base en un análisis de la Encuesta Nacional de Niños, Niñas y Mujeres, el Unicef alertó que en México solo 14 por ciento de los padres participa en actividade­s que promueven el aprendizaj­e y la preparació­n para la escuela, comparado con 62 por ciento de las madres.

González Romo destacó que, de acuerdo con un estudio publicado en Lancet, los primeros años de vida de un hijo son trascenden­tales para que pueda tener un desarrollo pleno de sus capacidade­s. El artículo de Lancet destaca que “hay argumentos biológicos, psicosocia­les y económicos sólidos para intervenir tan pronto como sea posible, a fin de promover, proteger y estimular el desarrollo en la primera infancia”.

González Romo comentó que esa investigac­ión demostró la importanci­a de la estimulaci­ón temprana y destaca que los padres deben pasar más tiempo con sus hijos porque “las consecuenc­ias de salud y económicas de no actuar son elevadas. Alrededor de 43 por ciento de los niños menores de cinco años que viven en países de ingresos bajos y medianos, incluido México, está en riesgo de tener un desarrollo inadecuado”.

Señaló que los niños que no cuentan con estimulaci­ón temprana, “cuando son adultos tie- nen ingresos hasta 26 por ciento menores, mientras que los países pueden perder hasta el doble de su gasto actual del PIB en salud y educación”. Además, el costo de implementa­r programas para propiciar la estimulaci­ón temprana no es alto, ya que la inversión adicional necesaria en 2030 será en promedio de 50 centavos de dólar por niño. “Gracias a las neurocienc­ias está comprobado que en los primeros años de vida la estimulaci­ón temprana ayuda a un desarrollo cerebral pleno, ya que los niños menores de tres años generan mucho más asociacion­es neuronales que los adultos, alrededor de mil por segundo. Esas conexiones ayudan a determinar su salud y capacidad de aprender, así como a tener un mejor manejo del estrés”, subrayó González Romo. “Es muy importante promover esto, porque a escala global hay 250 millones de niños en riesgo de no tener un desarrollo pleno de sus capacidade­s”, abundó. Más allá de la falta de políticas públicas que faciliten el involucram­iento de los padres con sus hijos, González Romo destacó que ellos “deben encontrar la manera de darles tiempo de calidad, es muy importante tener esos momentos para jugar, platicar con ellos o leerles, incluso desde que están en el vientre materno. Son tres principios los que deben de cuidar: estimular, nutrir y proteger”. En el contexto del Día del Padre, que se celebra hoy, el Unicef lanzó una campaña que invita a las familias a publicar fotos y videos sobre lo que creen que se necesita para ser un súper papá, utilizando las etiquetas #Superpapás y #LaPrimeraI­nfanciaImp­orta, en sus cuentas de Instagram y Twitter.

El mensaje que quieren dar, señaló González Romo a MILENIO, es que “no necesitas ser un superhéroe para ser un superpapá”, e invitó a los mexicanos a participar en esas redes sociales para inspirar a las familias de todo el mundo a compartir sus ejemplos con fotos y videos.

Incluso, embajadore­s y amigos del Unicef han apoyado la campaña y sus contenidos serán publicados en las cuentas oficiales de ese organismo en Instagram y Twitter.

Uno de los embajadore­s que participa es el tenista Novak Djokovic, quien señaló: “Como padre he podido descubrir por mí mismo los efectos que cada sonrisa, cada prueba de amor y cada acción positiva han tenido en mi hijo durante estos primeros años de su vida. Ser papá por primera vez no es fácil; los padres de todo el mundo deben confrontar muchos desafíos y esta campaña trata de alentarlos para que puedan ser los superpapás que sus hijos necesitan desesperad­amente”.

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