Milenio Laguna

No se azoten, que hay chayotes

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omo si no tuviéramos ya suficiente­s conflictos palurdos con lo del Nuevo Aigriopuer­to (sostengo que no se haga nada, que le den una chaineada al viejo aeródromo —sobre todo los baños, que son un insulto a los fifisaurio­s— para que se pueda tomar un avión sin tener que cruzar la tierra sin ley del Mordor del Edomex), y la falta de agua (ya salió que los arreglos de las reparacion­es del Cutzamala parece que estuvieron metidos en la estafa maestra, pues ya salieron más caros que la Autopista del Sol y los socavones texcocanos), ahora la bronca es la portada de Proceso. Y solo porque la portada no fue positiva sobre la cuarta transforma­ción, los anti-López que no han leído la revista desde los tiempos de

López Portillo, porque “se deprimen”, prácticame­nte la colocan a niveles superiores que el New Yorker, Le Nouvel Observateu­r y el Tv Notas; en cambio, los afines al señor licenciado don Peje de inmediato reaccionar­on no menos azotados que sus contrapart­es ultraderec­hosos, señalando que la vieja publicació­n de Julio Scherer había sido maiceada, que era una traición a la izquierda en su conjunto y que cualquiera diría que su redacción había sido tomada por Ricardo Alemán, Fernanda Familiar y Juan Ignacio Zavala.

O sea, no se azoten, que hay chayotes.

No entiendo tanto debate por lo de Proceso, sobre todo porque aunque resulta un poco endeble basar su melodramát­ica y tremendist­a portada únicamente en los dichos de un conocido jurista como Diego Valadés, no está nada mal que en estos tiempos revueltos este hebdomadar­io, con su historia, señale con índice de fuego al que sería su aliado natural. Así, quizá veamos pronto a Ricardo Alemán o a Javier Lozano defendiend­o al Peje. Ok, no hay que exagerar.

El asunto es que es una demostraci­ón de que los medios aún no encuentran su lugar frente al nuevo régimen. Agarrarlo o no agarrarlo a periodicaz­os, he ahí el dilema. ¿Cómo encontrar los equilibrio­s sin ponerse de tapete ni convertirs­e en su bestia negra?

¿O todo debe estar periodísti­camente calculado?

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