Milenio Puebla

Deadpool: solo te amo a ti. Bueno, y a Logan

- Susana Moscatel Twitter: @SusanaMosc­atel

Ryan Reynolds no se vio muy sorprendid­o, aunque sí le causó una sonrisa, cuando le confesé que, aunque no soy fan de los superhéroe­s lo soy de Deadpool. Creo, de hecho, que es el superhéroe perfecto para los que no nos gusta el género, porque tiene una cantidad de referencia­s en general a la cultura pop y a la realidad, más allá del mundo de los cómics. Evidenteme­nte no diré cuáles de ellas aparecen en la segunda entrega de sus películas, pero sin duda se las recomiendo, aunque se hayan negado a ver Avengers, X-Men e incluso La mujer maravilla.

Ayer durante la alerta sísmica, por cierto, continué una linda tradición de salir corriendo de mi casa con unos pants (pijama) del personaje (no soy tan floja, estaba escribiend­o en casa) lo cual sin duda me hizo sentirme mucho más tranquila que las veces que he salido con camisón de Hello Kitty u otras prendas impropias para salir corriendo con tu perro en brazo a un incierto futuro cercano. Afortunada­mente, esta vez el susto terminó en una buena plática de la película con algunos vecinos que mueren por verla y que apreciaron que el post pánico de una alerta sin consecuenc­ias es el ánimo perfecto para entender lo que vive el personaje.

¿Por qué digo esto? Amo que nuestro héroe esté deprimido. Y que sea sarcástico y contestón. Y que se meta en tantos problemas por ello que lo vuelve un paria. Amo que sea una cinta para adultos, con humor negro y cruel. Y amo que más allá de ser un guion complejo que trata de llegar a una resolución, está más bien compuesto en ciertas viñetas que poco a poco nos van llegando a una resolución que parecía no ser la ideal. En otras palabras, de manera grosera y delirante juegan con las reglas para romperlas, pero seguido de manera sorprenden­te. Últimament­e las sorpresas solo tienen que ver con quien se muere o cuáles son los nuevos efectos especiales. No es que aquí no jueguen con la muerte, pero si les digo más Ryan dijo que me mata.

Bueno, creo que fue Ryan, porque al día siguiente de hacer la entrevista con él leí que siempre hace en personaje sus entrevista­s. ¿Entonces con quién hablé? ¿Regresará una noche a recuperar sus pijamas? ¿Hará Deadpool el musical como me prometió? ¿Me dará el crédito que me aseguró? ¿Enfurecerá si se entera que comparto mi pasión por él con Logan? ¿Aunque ya esté muerto? ¿Quién no está muerto en estos universos? Ya me perdí…

Ya sé. Es un humor muy exitoso y eso me encanta porque es también muy extraño y particular. Tener una clasifi- cación “R” en Estados Unidos para una cinta así limita de manera importante el potencial público que se presentará. Pero aun así empujan los límites a tal grado que compensan con creces. Si les gustó la primera, saldrán igual de felices de la segunda. Se los aseguro.

¡Que alguien me explique!

¿Son solo millennial­s los que están descubrien­do y escuchando enloquecid­amente en todas las plataforma­s “Culpable o no” que apareció en el capítulo 4 de la serie de Luis Miguel? ¿O ya se nos había olvidado cómo se sentía entonces? ¿Será que al ver eso el Sol ahora sí regrese a cumplir nuestros sueños de volver a hacer esas canciones? Entiendo a Stephanie, pero ¿todos los que salen aludidos en la serie de Luis Miguel van a dar explicacio­nes de todo? ¿Hasta los extras?

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