Muestra VortiCeps el nacimiento de canciones
Cómo germinan las canciones, de dónde vienen, eclosionan y se “meten” en siete notas y los respectivos silencios, es lo que mostró el dueto VortiCeps, el cual inició sus presentaciones el sábado pasado con un repertorio propio, mediante el cual se alejan del trillado “te quiero-te-odio-nome-dejes-sin-ti-me-muero” que aún domina el mercado musical.
Con apenas una guitarra, dos voces y percusiones, los jóvenes músicos Alarcón y Ramos mostraron cómo, desde los elementos más sencillos y sin palabrería, la música sigue viva. Más simple y más real, una noche de música para entender los tiempos que corren.
La presentación se realizó en el espacio cultural “El venado y el Zanate”, donde los músicos mostraron las composiciones en las que han estado trabajando últimamente: una exploración del mundo que los rodea y una repuesta a cada una de las situaciones que más les impactan, les preocupan o simplemente les llaman la atención. Sin embargo, están lejos de echar un vistazo superficial, pues eligen imágenes poéticas, ritmos que llevan a quien escucha a prestar atención, a no moverse de su asiento, a esperar cuáles es la próxima canción.
El lugar se llenó de jóvenes como ellos, veinteañeros, o pocos rebasando los 30 años de edad. Hombres y mujeres que prestaron toda la atención, separando el ruido de fondo del lugar. Los asistentes aplaudieron, no se dejaron seducir por los distractores y celebraron las canciones del dueto que mostró la fuerza con la que ha iniciado.
Víctor Alarcón y Alejandro Ramos acudieron durante la noche a algunos de sus guías para respaldarse; así, hicieron sonar versiones de “Disfruta el silencio” de Depeche Mode; “Corcel” de José Manuel Aguilera, con La Barranca; “Mi piel”, de José Cruz, con Real de Catorce; pero sobre cantaron, recordaron que “nos volvemos viejos cada día, y ese viejo ha de morir para que nazca un nuevo ser”.