Cuestionar lo establecido
Complacer a los demás termina limitando quienes somos en verdad
E n un mundo occidental como el que vivimos, con una cultura de modas, consumismo y modelos muy establecidos en lo social, estamos encontrando síntomas individuales de insatisfacción, frustración y vacío en las personas que de pronto se encuentran viviendo para darle gusto a los demás, para cumplir dogmas y ajustarse a normas que no necesariamente reflejan sus deseos o búsquedas personales.
De hecho, es cada vez más frecuente que existan manifestaciones y movimientos sociales, políticos o comunitarios que tienen como objetivo cuestionar lo establecido y que en muchos casos han sido grandes aportaciones a la sociedad, como en su momento fue el derecho al voto de las mujeres, el acceso equitativo a fuentes laborales y educativas y muchas más, aunque existen algunas otras que han sido controversiales como la cultura de identidad de género, el debate de consumo de mariguana y algunas otras más recientes en México y el mundo.
La rebeldía y el desafío parecen ser innatos a los seres humanos y, en ocasiones, los grandes líderes han sido aquellos capaces de cuestionar el establishment o el statu quo, o bien, como ha sucedido, algunas sociedades se han expresado por la vía democrática en contra de lo establecido, como ha pasado a lo largo y ancho del mundo y recientemente en nuestro país, por lo que podemos decir que el deseo de cambio como expresábamos la semana pasada, en ocasiones surge de la incomodidad o desacuerdo en lo actual.
Si bien creo que la expresión individual es positiva y en forma colectiva es lo que va marcando la evolución de las sociedades y culturas, y de que debe haber un respeto irrestricto a los derechos y garantías personales, también soy un convencido de que la autonomía, normas o reglas básicas de las comunidades son las que permiten la convivencia sana y armoniosa de unos con otros.
En lo personal, creo igual que grandes pensadores orientales, que el desarrollo del Ser (así con mayúscula para expresar lo que somos como un todo: espíritu, cuerpo, mente, alma) depende en gran medida de la capacidad de cuestionar los dogmas y encontrarle un sentido individual a la vida.
Sin quebrantar el respeto al prójimo y el bien común, estoy plenamente convencido de que quien deja de darle gusto y complace a los demás y se atreve a ver a su interior, encontrará no solamente su despertar, sino que será un factor de cambio como lo que hoy necesitamos para el despertar de la consciencia colectiva. Finalmente, complacer a los demás termina limitando quienes somos en verdad y haciendo que perdamos el maravilloso rumbo del Ser. Así que, sigamos cuestionando todo lo establecido, adoptemos aquello que es bueno para nosotros y cambiemos lo que no.