Nochixtlán y el silencio habitual del gobierno
Ha pasado más de un mes de los eventos de Nochixtlán. Casi 40 días. Y el gobierno ha sido incapaz de darnos una versión, una narrativa de lo que ahí sucedió.
La PGR guarda silencio, la Policía Federal anda en otra cosa.
El gobierno no ha entendido que éste, su hábito, es la peor receta. Nunca hemos tenido narrativas de Apatzingán aquella noche de Reyes ni Tanhuato. En muchos de estos casos la respuesta de voceros gubernamentales es que ahí está la CNDH. Pero la CNDH no es el gobierno. Y el silencio solo complica las cosas porque llegan las filtraciones, las investigaciones periodísticas, las declaraciones de otros actores. Los vacíos se llenan, lección primera de cualquiera en comunicación.
Con los eventos del pasado 19 de junio ya sucedió.
Ayer frente al Congreso el de- fensor de Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca, Arturo Peimbert Calvo, hizo una acusación grave, cito de la nota de milenio.com:
“Dijo que la Policía Federal tomó el control del hospital e impidió la atención médica de los heridos durante los enfrentamientos del 19 de junio en Nochixtlán. En uno de estos hospitales, la Policía Federal toma control del hospital y le impide al personal médico que atienda a la población civil (…) Esto genera mucho miedo en la población, llegaban a quererse atender, ni en estado de guerra se ve este tipo de problemas, llegan a tratar de atenderse los heridos y simplemente no pueden porque se los imposibilita este grupo de policías”, dijo Peimbert Calvo en la reunión de trabajo de la Comisión de Seguimiento a los hechos ocurridos en Nochixtlán, encabezada por la senadora Mariana Gómez del Campo, del PAN.
Es decir, a las dudas de lo sucedido durante el enfrentamiento, ahora tenemos la acusación que la Policía Federal no dejó que se atendiera a los heridos.
¿Qué tiene que decir el Comisionado Galindo? ¿Renato Sales? ¿Alguien?
Nos dirán que se sigue investigando, pero la verdad es que después de 40 días no hay nada que investigar. No es como que la escena del crimen se haya preservado o se vayan a encontrar declarantes que no hayan sido interrogados en estos días.
Es el hábito del silencio sobre las situaciones complicadas de la Policía Federal que en nada ayuda. Actúan como si tuvieran cosas que ocultar. M