PERNA Riviera al norte
Para moverse en la región hay dos opciones, una es rentar un automóvil y la otra es contratar los servicios de una empresa turística local, en ambos casos se pueden recorrer los casi 200 kilómetros de litoral que ofrecen experiencias distintas y únicas del norte de Brasil. Recife es la capital de Pernambuco, una de las urbes más pobladas al norte de Brasil, sus calles albergan unas serie de sitios que vale la pena conocer.
El Centro de Artesanías de Pernambuco, compila el trabajo de indígenas locales y gente de la comunidad, a muy buenos precios se encuentran cuadros, pequeñas figuras talladas en madera, juguetes y tejidos que reflejan la cultura del norte de Brasil. Es más recomendable sacar dinero en los cajeros allá que cambiar divisas en el aeropuerto
A unos cuantos pasos está Muelle del Agreste, un espacio interactivo con una disposición museográfica que muestra las raíces de la cultura popular de esta región brasileña. Desde instrumentos musicales hasta utensilios de cocina que a lo largo de los siglos han forjado la cultura de Pernambuco, así como las diferencias con el resto de Brasil.
La Rua do Bom Jesus es una calle histórica en Recife, ahí está la primera Sinagoga del continente, edificada bajo el dominio holandés, es uno de los pocos edificios que se conserva del Siglo XVI y no fue destruido por los gobiernos portugueses. En esa misma calle está la Embajada de los Muñecos Gigantes, ahí guardan todas las grandes estructuras que usan durante las fiestas del carnaval y, representan a las personalidades más destacadas de la región y del mundo entero.
A unos 30 minutos del centro de Recife, está la Oficina Brennand, un centro escultórico con exposiciones de la obra de Francisco Brennand en grandes espacios con jardines espacios abiertos, el centro fue instalado en un viejo ingenio azucarero y es hoy en día, uno de los centros culturales más importantes de Brasil.
Olinda es una ciudad conurbada a Recife, está a pocos minutos del centro y es un espacio lleno de callejones empedrados, templos y arquitectura colonial que narran en silencio, el paso de portugueses, españoles y holandeses por estas tierras. Es un recorrido lleno de colores y aromas entre los puestos de tapiocas y los techos a dos aguas con tejas europeas. Las vistas a los rascacielos en Recife desde Olinda son espectaculares.
Pueblo abajo está la una de las iglesias más antiguas de Brasil que data de 1580 y fue construida por la Orden Carmelita. Porto de Galinhas es un exótico lugar 61 kilómetros al sur de Recife, en el pasado los ingenios azucareros