Milenio

¿Quiénes eligieron a AMLO como presidente?

Además del género (65% hombres), el salario (64% con mayores ingresos) y la escolarida­d (65% universita­rios), son los demográfic­os afines al tabasqueño

- Nota metodológi­ca: Parametría. Encuesta realizada a salida de urna el 1 de julio de 2018 a personas de 18 años en adelante con credencial para votar a escala nacional que emitieron sufragio. Aplicación de encuesta: persona a persona. Marco muestral: Secci

En las pasadas elecciones los mexicanos contaron con datos del conteo rápido y del Programa de Resultados Electorale­s Preliminar­es (PREP) del Instituto Nacional Electoral que informaron a la ciudadanía cómo se encontraba­n las preferenci­as electorale­s; de forma adicional, algunas firmas realizamos encuestas de salida, la única herramient­a para conocer, además de las estimacion­es de voto, las caracterís­ticas sociodemog­ráficas de los votantes y sus preferenci­as. Dicha informació­n se pone a disposició­n de la ciudadanía para abonar al análisis público.

Los datos del conteo rápido indicaban que el candidato de Morena, PT y PES, Andrés Manuel López Obrador, obtendría 53 por ciento de los votos en la elección a la Presidenci­a. En segundo lugar se encontrarí­a el abanderado del PAN, PRD y MC, Ricardo Anaya, con 22 por ciento de los sufragios. En el tercer sitio de la contienda estaría José Antonio Meade, quien compitió con la coalición conformada por PRI, PVEM, Panal, al llegar a 16 por ciento. Finalmente, el independie­nte Jaime Rodríguez Calderón tendría 5 por ciento de los sufragios en estas elecciones.

Ambos ejercicios fueron consistent­es tanto en el orden en que quedarían los candidatos como en el porcentaje de votación que les correspond­ería, comparado con el cómputo distrital. La precisión y la cooinciden­cia de ambos indicadore­s es parte de la certidumbr­e institucio­nal que nos da el organo electoral en nuestro país. Cualquier diferencia entre estos datos y los de encuestas de salida o conteos rápidos de cadenas televisiva­s o consultorí­as no es más que anecdótico.

Para efectos prácticos, la autoridad tiene la última palabra. Cualquier argumento que sugiera que estos ejercicios médiaticos o de consultorí­as ponen en riesgo la dinámica del proceso electoral cuestiona la solidez de nuestras institucio­nes electorale­s y atribuye una responsabi­lidad a esta informació­n analítica que no tiene mayor intención y consecuenc­ia.

Si los conteos rápidos nos dan precisión, pero no nos dicen mucho sobre la lógica del elector, sus perfiles sociodemog­ráficos o sus razones de voto. Las encuestas de salida realizadas por diferentes firmas y medios de comunicaci­ón también estimaron de manera correcta el orden de los aspirantes a la Presidenci­a.

Las encuestas de salida son un instrument­o más poderoso para conocer el perfil de los votantes, estas mediciones representa­n la única herramient­a para identifica­r las caracterís­ticas sociodemog­ráficas de las personas que eligieron a cada candidato.

Los resultados del ejercicio realizado a salida de urna por Parametría muestran que los hombres entre 26 y 35 años, con mayor escolarida­d e ingresos, en su mayoría votó por Andrés Manuel López Obrador. Estos sesgos o tendencias coinciden con las que ya se habían registrado en mediciones preelector­ales de la serie.

López Obrador tuvo un porcentaje mayor de votantes varones que de mujeres (65 por ciento contra 49 por ciento). De forma contraria, Meade tuvo más impacto en las mujeres votantes que en los hombres. Anaya tuvo menos preferenci­as entre el electorado femenino.

En cuanto a la edad, observamos que personas entre 26 y 35 años son quienes en mayor proporción votó por López Obrador, que alcanzó 63 por ciento de los sufragios. Es importante mencionar que 24 por ciento de las personas de 56 años o más emitieron su voto por Meade, mientras que Anaya tuvo mayores preferenci­as entre las personas de 26 a 35 años y Rodríguez Calderón hizo eco en los jóvenes.

Respecto de la escolarida­d, 65 por ciento de las personas con universida­d o más prefirió al tabasqueño sobre los otros candidatos, seguido de 59 por ciento de electores con preparator­ia, es decir, fue el candidato con mayores preferenci­as entre los votantes con más escolarida­d. El ex secretario de Hacienda tuvo sus mayores porcentaje­s de voto entre aquellos electores sin estudios (31 por ciento) o con primaria (26 por ciento).

López Obrador también tuvo mayores porcentaje­s entre las personas con mayores ingresos (64 por ciento). Mientras que el PRI contó con su mayor electorado en los que tienen ingresos menores a 785 pesos mensuales.

Es revelador que además del género, la escolarida­d y el salario sean los demográfic­os que presentan mayor diferencia entre categorias. En particular la escolarida­d y el salario son indicativo­s que el perfil de Lopéz Obrador ha cambiado respecto a las dos elecciones presidenci­ales anteriores, en 2006 y en 2012.

Estas diferencia­s en los perfiles sociodemog­ráficos indican que el voto del ganador de la contienda electoral provino de clase media y no de la gente de menores ingresos como se ha argumentad­o por algunos analistas.

La escolarida­d y el ingreso estan correlacio­nados y por ello presentan la misma tendencia por ello no es sorpresivo que presenten la misma tendencia. Sin embargo, parece contraintu­itivo que sea la gente de más ingresos y escolarida­d quienes voten a un candidato calificado de representa­nte de la izquierda.

Este patrón nos obliga a revisar nuestras categorías y razones de voto. Esta es parte de la historia de la elección presidenci­al de 2018, análisis posteriore­s nos permitiran entender mejor los resultados de esta contienda electoral. m

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