¿Puedes controlar todo esto?

Hay técnicas que puedes aprender para controlar algunas emociones que provocan que reacciones de una mala manera y te causan problemas –y peor aún, que provocan sentimientos que terminan causando cambios en tu comportamiento general–. Por ejemplo, si cuando alguien, sin querer, te da un pelotazo experimentas rabia y reaccionas agrediendo a quien te pegó, lo ideal sería que aprendieras a controlar esa emoción (la rabia). Una manera de hacerlo es ‘entrenándote’ para esperar a que pasen unos segundos antes de que reacciones. En ese tiempo puedes darte cuenta de que la otra persona no tuvo la intención de que la pelota te pegara y por lo tanto no debes agredirla.

El problema con los estados de ánimo es que no siempre tienen una causa obvia. Es posible que alguna vez te hayas sentido triste y no sepas por qué, puesto que no ocurrió nada que lo provocara, pero no puedes evitarlo. En este caso, lo adecuado es que intentes realizar actividades que te alegren y te permitan superar esta etapa.

Los rasgos de personalidad son justamente eso. Si eres pesimista por naturaleza, es irreal pensar que puedes aprender a ser optimista. Lo que sí es posible es que aprendas técnicas para manejar las emociones relacionadas con el pesimismo y ‘ejercites’ las emociones que están del otro lado, como la alegría y la confianza, de tal manera que no te pierdas los demás aspectos del espectro de emociones. Al final, ampliar tu repertorio de respuestas a los eventos que ocurren y ocurrirán en tu vida, te fortalecerá (emocionalmente hablando), te ayudará a crear lazos con los demás y a tener una red de apoyo, y todo esto se reflejará en tu salud física y tu bienestar.