Paulo Mendes, multipremiado
Apoyado en una filosofía de arquitectura abierta al mundo y aislado de modas, el brasileño recibirá el Premio Imperial de Japón este 18 de octubre.
Su obra es difícil de clasificar. Quienes lo conocen estiman que su labor está alejada de modas internacionales y se ubica en una constante evolución, es polémica pero también humanista.
Para el brasileño Paulo Mendes da Rocha, la cuestión es simple: “si es arquitectura tiene que ser buena, y además debe de ser para la gente, no para ganar premios”, ha dicho en diversas entrevistas. Paradójicamente, hoy es un arquitecto multipremiado. Este año fue elegido para recibir el Premio Imperial de Japón, uno de los máximos galardones otorgados al quehacer arquitectónico.
También recibirá el León de Oro, por trayectoria, en la Bienal de Venecia.
Y la Medalla de Oro 2017 del Real Instituto de Arquitectos Británicos (RIBA), por sus aportes al avance de la arquitectura.
Así, Paulo Mendes suma más reconocimientos al Pritzker, galardón que le fue otorgado en 2016.
El artista carioca, quien suma seis décadas de trayectoria profesional y 88 años de edad, viajará a Tokio el 18 de octubre para recibir 146,000 dólares, una medalla que entrega el príncipe Hitachi, hermano del emperador Akihito, y el reconocimiento por haber incorporado materiales sencillos, como el acero y el cemento, en varios de sus proyectos “que contribuyeron a definir la personalidad urbana de São Paulo”, citan en sus comunicados los organizadores del premio oriental.
Entre los argumentos para hacerse acreedor al León de Oro, los organizadores de la bienal destacan la “atemporalidad” de su obra y “su asombrosa consistencia [que] puede ser consecuencia de su integridad ideológica y su genio estructural”.
Su trabajo “es altamente inusual” comparado con la mayoría de los arquitectos más celebrados del mundo, tiene “una reputación internacional increíble”, a pesar de que casi todas sus obras fueron hechas en su país, declaró a su vez Jane Duncan, presidenta del RIBA.
SUS TESTIGOS
Nacido en Vitória, del estado Espíritu Santo, el 25 de octubre de 1928, Mendes da Rocha centra su interés en una ciudad construida para todos, y en la que todas las viviendas son sociales.
Inició su carrera en la corriente paulista del brutalismo. Es reconocido por sus innovadores métodos constructivos y por el uso del hormigón. La casa Gerasi, en São Paulo, construida en tres días, en 1989, es el emblema de ello.
“La obligación que me he propuesto, es el combinar el punto de vista ético y el estético, reunidos en una sola cosa, manteniendo la dignidad del sistema”, ha declarado en diversas ocasiones.
En muchos casos sus obras aparecen elevadas, liberando la planta baja para dar una continuidad visual y espacial.
Quien también es catedrático de la Universidad de São Paulo, destaca la sensacion de levedad y la integración de la estructura con el entorno, priorizando la experiencia directa con los materiales y la iluminación.
Entre sus edificios más representativos, la mayoría de ellos en Sao Paulo, están el Club Atlético Paulistano (1957), el Centro Cultural Fiesp (1996), las reformas de la Pinacoteca de Sao Paulo (1999), los museos de Arte de Campinas (1989) y Brasileño de Escultura (1986) que, por cierto, fue modificado.