Antonio Toca
Los criterios del Pritzker se modificaron para incluir obras que no tienen los reflectores ni la publicidad que se da a otras.
La entrega del premio es una sorpresa cada año y la de 2018 también lo ha sido. Para seguir con las distinciones a arquitectos cuya obra no ha sido reconocida internacionalmente, ahora se entregó al arquitecto indio Balkrishna Doshi; que se une así a una lista iniciada en 2010, con Peter Zumthor de Suiza, Wang Shu de China, Aravena de Chile y los españoles Aranda, Pigem, Peralta.
Doshi tiene 90 años y junto con Oscar Niemeyer y Jorn Utzon son los más viejos que han recibido el Pritzker. A Frei Otto se le premió en 2015, después de muerto.
Doshi tiene más de 60 años de actividad profesional, iniciada en 1947 en la escuela de arquitectura de Bombay. Después viajó a Londres y a París, donde trabajó con Le Corbusier. Regresó a India en 1954, para colaborar en los proyectos de Chandigarh y Ahmedabad; ahí Le Corbusier retomó el uso de las bóvedas corridas y las aplicó en la casa Sarabhai.
Doshi colaboró con las obras de Ahmedabad, especialmente en la casa Shodan, el Centro Cultural y en el extraordinario edificio de la Asociación de Hilanderos. Esa experiencia se reforzó cuando trabajó, entre 1962 y 1974, con el arquitecto Louis Kahn, en los edificios del Instituto Indio de Administración.
En sus primeras obras aplicó su compromiso: “Proveer vivienda adecuada a las clases más desprotegidas”. Así nacieron en 1973 y 1982, los dos conjuntos habitacionales en Ahmedabad, y en 1989 en el de Aranya, en Indore.
El diseño de viviendas fue sólo un aspecto, pues también incluyó urbanización, espacios públicos, equipamientos del conjunto y la creación de calles para peatones y bicicletas. Con conocimiento y respeto a la arquitectura tradicional, integró las técnicas constructivas de prefabricación y los materiales de albañilería –como el ladrillo que tanto admiró Kahn–, que aprovecha creativamente la mano de obra local y su cultura.
Con la influencia de Le Corbusier, realizó obras donde el protagonista es el concreto armado aparente (Instituto de Indología (1962), el Auditorio Premabhai (1976) en Ahmedabad, y el Instituto Indio de Administración (1977) en Bangalore, que tiene espacios públicos con pérgolas que transforman la intensa luz del sol en un espectáculo cambiante de luces y sombras).
En contraste, en la casa Kamala realiza una evocación de los colores de la India que son un paralelismo de las obras de Barragán. A partir de 1978, Doshi transformó su arquitectura en el conjunto para la Fundación Vastushilpa de Investigación en Diseño ambiental, y en su estudio Sangath, en Ahmedabad. Aún más radical ha sido el diseño, en la misma ciudad, del conjunto Amdavad Ni Gufa, con bóvedas recubiertas con pedacería de cerámica esmaltada, e interiores que recuerdan la cripta de la Colonia Güell de Gaudí (1917).
Los criterios de selección del Pritzker se han modificado para incluir las obras de arquitectos que no tienen los reflectores ni la publicidad que se da a otras, que sólo son una repetición aburrida y sosa de las contorsiones y extravagancias de la moda vigente. ¡Felicidades por ello!
Los criterios de selección del Pritzker se han modificado para incluir obras de arquitectos que no tienen los reflectores ni la publicidad que se da a otros”