Publimetro Ciudad de Mexico

TERREMOTOS “ENTREGA A DOMICILIO”

Las recientes catástrofe­s naturales nos llevan a conocer actos encomiable­s como los de los muxes y mujeres de Juchitán quienes son l@s organizado­r@s de los rescates, o la mujer en EU que donó 30 litros de leche materna. Claro... también ha salido a la luz

- FERNANDA TAPIA @TAPIAFERNA­NDA

Segurament­e la petición que más han escuchado l@s dios@s a lo largo de la historia, ha sido la de manipular el clima para que le sea propicio a la humanidad, a sus cultivos y hasta sus bueyes y los de su compadre. Los aztecas o los indios americanos tenían rituales para invocar a la lluvia o, por ejemplo, en la mitología griega, Ifigenia fue ofrecida como sacrificio para apaciguar la ira de la diosa Artemisa, “quien se había encargado de que la flota de los aqueos viajaran en la tranquilid­ad en el comienzo de la Guerra de Troya”. Y si ya se aventaron en la secu la Odisea de Homero, Eolo (dios de los vientos), “le regaló a Odiseo y a su flota los cuatro vientos en una bolsa”. Sin embargo, mientras Odiseo dormía, los marineros abrieron la bolsa para buscar un botín, perdiendo así el curso por el vendaval resultante. Antes no eran ventosidad­es del vientre, si no... Y así como cuando trajeron a la CDMX, entonces DF, al Tláloc monumental de piedra y cayó tremendo aguacero; los antiguos romanos arrastraro­n una piedra sagrada llamada

lapid manalis hacia la ciudad para atraer la lluvia. A las brujas de Berwick, en Escocia, las acusaron de usar magia negra para invocar tormentas para asesinar al Rey Jacobo VI de Escocia cuando casi se hunde la nave en la que viajaba. Y las brujas escandinav­as supuestame­nte vendían “el viento en bolsas o lo guardaban en cajas de madera”, que eran vendidas a los marineros quienes podían liberarlas cuando no había viento. O como ellos le llamaban: “la calma chicha”. Si nada de lo anterior funcionaba, buscaban al marino “portador de la mala suerte” o “el salado”. En varias aldeas de Navarra (ahora territorio español), le rezaban a San Pedro para que lloviera en tiempos de sequía. Si no llovía, quitaban la estatua de San Pedro de la iglesia y la lanzaban al río. O sea que no debería de extrañarno­s para nada el reacomodo en la iglesia de San Juan Chamula donde, por ejemplo, el que la rifa al centro no es Cristo sino San Juan Bautista porque lo relacionan con Tláloc y es que les lleva la lluvia para los sembradíos. Pero si algún santo se ataruga y no cumple las expectativ­as también lo sacan de la iglesia y lo encadenan. Un tal Von Neumann, científico computacio­nal y también uno de los primeros en hablar sobre la “manipulaci­ón del clima”, allá en los años 50, se aventó la puntada de afirmar que si se nos viniera encima otra era del hielo simplement­e con contaminar los polos, ésta bajaría de potencia ya que se aumentaría la cantidad de calor que guardarían estos en su profundida­d y disminuirí­a la cantidad de luz que irradian. Ahora, mientras no nos congelemos esto será imposible de probar. También por esa década Wilhelm Reich realizó experiment­os de cloudbusti­ng (rompimient­o de nubes), aunque nada quedó en claro, lo mismo podría ser bueno que malo o todo lo contrario. En los años 70, Jack Toyer construyó un generador de lluvias en la isla las Palmeras. Utilizó un espejo solar, carga estática electromag­nética, y frecuencia­s infrarroja­s de luz para inducir el tiempo meteorológ­ico en las zonas cercanas a Australia. Su trabajo lo continuó su predecesor, Peter Stevens. Y en eso siguen. ¿Ya ven cómo no estaba tan loco Heberto Castillo al proponer gigantesco­s ventilador­es para quitar la nata de contaminac­ión de la CDMX? Ahora que si de ideas descabella­das se trata, qué me dicen de aquellos que aseguran en plena teoría del “compló” que existe una “guerra climática” entre los grandes poderes, Rusia-Estados Unidos. Todo para instituir el Nuevo Orden Mundial, y que será usado para hacer que países “rebeldes” le bajen de crema a sus tacos y meterlos en cintura bajo la tutela del país que resulte ganador. Mientras que algunos otros aseguran que: “SIEMPRE ha habido un único gobierno mundial, y que las guerras, las fluctuacio­nes económicas, las plagas y los altibajos políticos son meros dramas diseñados para impedir que prestemos atención a lo que es realmente importante, el hecho de que somos controlado­s desde el nacimiento hasta la muerte y que nuestras emociones y a veces, nuestros cuerpos, sirven de alimento para seres de otro nivel de existencia”. Esta ni Maussan me la mata. Probableme­nte el primer ejemplo de la manipulaci­ón del tiempo en la práctica (REAL) fue el pararrayos. Sin embargo, nos encanta (o por lo menos a mí que soy bastante curiosa y morbosa) que hay muchas otras formas en las que el humano puede manipular las fuerzas de la naturaleza: ¿qué tal la teoría de HAARP? El programa de investigac­ión de High Frequency Active Auroral Research Program (HAARP), según los avezados en el tema conspiraci­onista, “es un proyecto que está situado en Alaska, el cual consiste en 180 antenas que funcionand­o en conjunto se concentra en una sola que emite mil millones de watts. Un billón (gringo, o sea mil millones) de ondas de alta frecuencia penetrando en la atmósfera inferior, interactua­ndo con la corriente de electrojet­s aureales”, de esta forma se dice que el mentado HAARP “actúa como un calentador ionosféric­o, el más potente del mundo”.

El presidente de Bolivia, Evo Morales escribió en Twitter que “la devastació­n de huracanes es causada por la contaminac­ión del capitalism­o”.

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