Mónica Fernández
La pandemia que enfrentamos en todo el mundo nos ha impuesto muchos retos, empezando por concientizar a la población para cuidarse y evitar mayores contagios, el uso de medidas preventivas como aumentar la higiene, preservar una razonable distancia física entre las personas y utilizar cubrebocas. Todo ello se debe a que hasta la fecha no se ha encontrado una solución definitiva para evitar o curar el Covid-19. En esa lógica se inscriben también las vacunas. Ante la agresividad de la pandemia, los países y los científicos, junto con laboratorios farmacéuticos, se han esforzado en investigar y elaborar vacunas que permitan disminuir de manera rápida, efectiva y segura los contagios. Afortunadamente, las noticias muestran que hay avances importantes y que más temprano que tarde tendremos acceso a esas vacunas. La vacunación será una tarea enorme, pues tenemos una población de casi 130 millones de personas, muchas de las cuales se encuentran en condiciones vulnerables. Asimismo, se debe tomar en cuenta que el país es de grandes dimensiones y, por tanto, se requiere una gran labor de planeación de la logística. En ese sentido, ya se ha informado que la vacunación comenzará con uno de los sectores estratégicos que debemos proteger y que es el del personal médico. Esa labor estará a cargo del Ejército mexicano que tiene una gran experiencia, capacidad organizativa y logística para enfrentar situaciones críticas y de emergencia a través del Plan DN3 E.