¿Que AMLO aún no haya reconocido la la victoria de Biden traerá repercusiones en la relación bilateral?
Claudia Anaya
Senadora de la República por el PRI
La falta de reconocimiento del presidente Andrés Manuel López Obrador ha generado tensión diplomática (por decir lo menos). No solamente eso, ya hay otras acciones de distanciamiento de nuestro gobierno con el gobierno de Estados Unidos –disfrazados de soberbia– que están causando ya una reacción por parte de la Unión Americana en cuestiones que debieran tratarse con mucho cuidado, como la relación bilateral en materia de seguridad internacional. Muestra de lo anterior, es el comunicado que lanzó el Departamento de Justicia de Estados Unidos el pasado viernes 11 de diciembre respecto de la reforma de seguridad nacional que la mayoría representada en el Senado de la República aprobó el miércoles 9 de diciembre y que a la letra dice: “Estamos preocupados por la legislación que se encuentra en el Congreso mexicano, la cual tendría el efecto de hacer la cooperación entre nuestros países más difícil. Esto provocaría que los ciudadanos de México y Estados Unidos estén menos seguros”. Me explico, la
Convención de Viena señala que los agentes internacionales que tengan tareas de cooperación en otros países gozan de inmunidad. Esto no significa que gocen de permisibilidad de cometer delitos, pero si existe alguna falta a la legislación nacional donde realizan sus labores, ello será tratado bilateralmente entre naciones y la modificación reciente a la Ley de Seguridad Nacional elimina dicha inmunidad. La Casa Blanca y las Agencias Internacionales de Seguridad norteamericanas ya reaccionaron al respecto a través del comunicado anteriormente expuesto en estas líneas. Por supuesto que debemos salvaguardar y velar por nuestra soberanía y proteger nuestros intereses, pero en una relación tan cercana como la que tenemos con nuestro vecino del norte, la forma y el fondo es muy importante.
Indira Kempis
Senadora de la República por Movimiento Ciudadano
Respetar la soberanía de los países es un deber. De cualquier forma, con o sin postura del presidente de México respecto a Joe Biden, el proceso electoral de Estados Unidos ha seguido su marcha. Tan es así que los resultados son claros y evidentes.
Por supuesto que se esperaba una reacción diplomática de mayor apertura a su triunfo (también se hubiera esperado de Trump, finalmente es la elección de un mandatario), pero sin lugar a dudas tampoco ha sido un factor indispensable para seguir haciendo los vínculos comerciales y políticos que
Kenia López Senadora de la República por el PAN
La negativa del presidente de México para reconocer el triunfo electoral de Joe Biden demuestra ignorancia y necedad, lo que significa que no entiende ni quiere entender cómo debería funcionar la figura que representa. Fue evidente su apuesta a favor del aún presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y es lamentable que su primer y único viaje oficial al extranjero haya sido a ese país, para mostrarle su respaldo, lo que por supuesto tendrá costos para México. De inicio, la visiones de Biden y López Obrador son muy distintas, y las agendas ambientales de cada proyecto –si pudiéramos decir que en México la hay–, son un claro ejemplo sobre las marcadas diferencias. Durante el gobierno de Trump la apuesta por el carbón se convirtió en una decisión controversial para ambientalistas se tienen con el país vecino del norte.
Quizá en una actitud prudente, sea importante no dejar de tomar en cuenta que nuestro país no puede abrir frentes que abonen a la ya de por sí tensión política “natural” que hemos tenido por años de vecindad. Más bien, es momento, una vez que el Colegio Electoral ha ratificado el triunfo de Biden tras el largo proceso de elecciones, de darle continuidad a esa relación bilateral.
En ese sentido, aunque nuestro presidente no ha sido claro respecto a su postura, también hay que considerar que no ha generado una pelea mediática, eso ya es un gran avance en un mandatario que últimamente acostumbra a eso de manera nacional. Bajo esa perspectiva, más allá de la felicitación, no queda más que seguir atendiendo las necesidades de ese vínculo bilateral que por geográfica es y será inagotable.
y grupos científicos, lo que dio pie a que en nuestro país se tomaran decisiones poco amigables con el medio ambiente como las obras faraónicas de esta administración, la refinería “Dos Bocas” y el Tren Maya, así como las compras de carbón. Los caprichos del actual gobierno han traído más menoscabos que ventajas. Todos recordamos los escandalosos estudios de impacto ambiental de los proyectos de la actual administración, tal es el caso del Tren Maya. Por otra parte, el próximo presidente de Estados Unidos, desde su campaña, se ha mostrado partidario de las energías renovables y pretende dar una férrea lucha en contra del cambio climático con una meta clara: emisiones cero de CO2, a más tardar en el año 2050. Otro importante paso que Biden pretende emprender es reincorporar a su nación al Acuerdo de París con la finalidad de llevar a cabo mayores medidas que mitiguen la emergencia climática que vive el mundo. Lo anterior refleja que México tendrá que adoptar nuevas medidas, lo antes posible, para estar a la altura de nuestro país vecino en materia ambiental.
Mónica
Fernández Senadora de la República por Morena
La relación entre México y Estados Unidos siempre se ha caracterizado por una gran complejidad. En principio compartimos una frontera de más de tres mil kilómetros, millones de personas de origen mexicano viven en aquel país y a diario se realizan millonarias transacciones comerciales y financieras, entre otros asuntos. Todo ello implica un permanente diálogo y negociación entre los gobiernos de los dos países y, por tanto, requiere que se lleven a cabo conforme al derecho, con base en prácticas diplomáticas basadas en
Leonor Noyola
Senadora de la República por el PVEM
El proceso electoral que se llevó a cabo en Estados Unidos para elegir a su próximo presidente fue histórico, dado el alto número de votantes para los candidatos republicano y demócrata; sin embargo, aún no existe la declaración oficial del ganador por parte del Colegio Electoral (al entregar esta columna aún no estaba definido el resultado) que, sin duda, es Joe Biden. Una vez que se anunció que el candidato demócrata había ganado en el estado de Pensilvania, algunos presidentes de distintos países le mandaron mensajes de felicitación (Canadá, Francia, Alemania, Reino Unido, Israel, India, China, entre otros). El presidente de nuestro país, en ese momento, señaló su firme intención de “esperar que se terminen de resolver todos los asuntos legales”, “el presidente Trump ha principios. Uno de ellos, que resulta indispensable, es el respeto absoluto a la soberanía de uno hacia el otro y a sus procesos internos. Se trata de una relación madura entre dos vecinos que va más allá de aparentes y simples actos de cortesía. En ese sentido, el gobierno mexicano ha actuado con prudencia y sensibilidad para respetar los tiempos y procedimientos para la renovación de los poderes ejecutivo y legislativo en Estados Unidos. En nuestro caso, se ha optado por evitar pronunciamientos apresurados que, en su caso, sólo lastimarían las relaciones bilaterales. Desde que inició el proceso electoral norteamericano el gobierno decidió abstenerse de cualquier declaración que pudiera interpretarse como una indebida intromisión en asuntos que únicamente compete resolver al electorado y autoridades de aquel país.
sido muy respetuoso con nosotros” y “no queremos ser imprudentes”; lo que implica su NO reconocimiento de victoria para el candidato Joe Biden, en atención a los principios de no intervención y de autodeterminación de los pueblos. Desde luego, dicha decisión ha generado diversas opiniones, dado que hay quienes piensan que tal actitud atiende al todavía hoy presidente del país vecino del norte Donald Trump, en cambio, hay quienes consideran acertada la postura del mandatario mexicano, pues la posibilidad de que, una vez que se resuelvan las impugnaciones legales, se revierta el resultado, es existente. En este sentido, en principio, no tendría que existir algún tipo de repercusión en la relación bilateral que existe entre nuestro país y el de Estados Unidos, dado que, en términos de lo señalado por el presidente de la República, licenciado Andrés Manuel López Obrador, el no reconocimiento obedece a una actitud de prudencia.