¿LES SIGUE PARECIENDO FOLCLOR?

Recatado, ridículo, mocho, hipócrita o, simplemente, puto. De todos tonos recibe uno de los insultos cuando se manifiesta en contra del grito con el que tristemente nos identifican en el mundo del futbol; incluso, hay quienes irritados, cuestionan que les limitan su “libertad” de expresión.

Pasó de lo espontáneo a la insana costumbre, incluso para muchos sigue teniendo tintes de folclor, y entre esos “algunos”, por ridículo e increíble que parezca, están ciertos federativos. Porque ahora resulta que el “puto” no significa “puto”: no ofende ni lastima y hasta parte de nuestra cultura se hizo.

Y mientras más esfuerzos se hacían para erradicarlo, más fuerte retumbaba en el estadio.

Pero eso se acabó, y como no hay manera de generar conciencia a través de mensajes y buenos deseos, fue necesario llegar al castigo que va más allá de lo económico.

La FIFA ha determinado que los árbitros tendrán la facultad de suspender un partido si consideran que hay expresiones discriminatorias bajo un protocolo de tres pasos:

1.- Detener el juego para pedir que se haga un anuncio al público para que cese su comportamiento.

2.- Detener el juego hasta que considere no existan esta clase de expresiones.

3.- Si el comportamiento persiste, puede entonces suspender y abandonar el partido.

La medida es inteligente y, como tiene que ser en estos casos, extrema.

Entendemos que FIFA no abre un debate en el tema; simple y sencillamente no le interesa el contexto, la connotación o la manera de utilizar la palabra, le ocupa erradicar todo tipo de expresiones que tengan que ver con la homofobia y el racismo, y nos debería de interesar a todos ¿o no? ¿O usted que va al estadio y ríe a carcajadas le parecería igual de gracioso que se lo gritaran a su hijo pequeño durante un partido de futbol en la escuela? ¿De verdad sentaría a su hijo después del juego para pedirle que no se ofenda ya que es solo cuestión de contexto y parte de nuestro folclor? ¿Verdad que no?

Se acabó la etapa de las intenciones y las recomendaciones. Vienen los castigos... ¿Le sigue pareciendo simpático?