VOGUE (México)

CALL ME BETO

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Rockero, culto y enamorado de México, Robert O' Rourke —Beto

para sus seguidores— puede convertirs­e en el próximo senador texano bajo los colores demócratas

Han pasado más de 24 años desde que Texas eligió al último de sus senadores demócratas. A su vez, James Carter fue el más reciente candidato presidenci­al del partido celeste que se impuso en ese estado (¡en 1976!). Texas tiene décadas de estar vinculado con el pensamient­o republican­o, sobre todo por la fuerza de los Bush. En los pasados comicios presidenci­ales, Donald Trump se impuso en Texas a Hillary Clinton. Durante la precampaña republican­a, el senador texano Ted Cruz buscó arrebatar a Trump la candidatur­a del partido aunque sin éxito. Para colmo, Cruz no duerme plácidamen­te desde hace ya algunos meses. El culpable es un joven demócrata que le hace sombra y que tiene un apellido irlandés acompañado de un hipocoríst­ico en español (idioma en el que se expresa con holgura). Macron provocó aires de esperanza entre buena parte de los votantes franceses, Trudeau recuperó el poder para los liberales en Canadá y, en esta ola de políticos que exhiben frescura y juventud, los demócratas texanos citan cada vez más a Robert “Beto” O'Rourke, aunque él se está enfocando en ganar la confianza de propios y extraños: “Deseo servir a todos, más allá de partidos e ideologías. Quiero privilegia­r al país por encima de mi partido y a la gente antes que a mi carrera política”, señala O'Rourke a Vogue. Se prepara sin tregua para vencer a Ted Cruz en noviembre de žŸ¡¢.

Robert Francis O'Rourke nació en ¡¤¥ž en El Paso, Texas. Al terminar el bachillera­to, formó parte de Foss, un banda de punk, exhibiendo talento con la voz y la guitarra. “Me encanta el rock de todas las épocas, especialme­nte el punk de los años setenta y ochenta”, comenta. También es conocido su gusto por los libros. Dice que su favorito es La Odisea. No sorprende que haya optado por una licenciatu­ra en literatura en la Universida­d de Columbia. Luego de sus estudios universita­rios, laboró en compañías de internet neoyorquin­as. En ¡¤¤¢ decidió volver a su ciudad natal para abrir una firma de servicios de software. Sin embargo, la vida política le provocaba sumo interés. “Quería servir a mi comunidad al más alto nivel”, afirma. Fue concejal en El Paso de žŸŸ© a žŸ¡¡. Uno de los pilares de su actividad pública ha sido estrechar lazos con las personas al otro lado de la frontera. “Siempre sentí atracción por las posibilida­des de las relaciones entre México y Estados Unidos. Mi mayor deseo ha sido hacer el mejor papel en este lugar donde existe una de las mayores comunidade­s binacional­es del mundo (El Paso-Ciudad Juárez), con el fin de promover el valor de esta asociación en temas como la migración, el comercio, la seguridad y la cultura”, manifiesta. El mote de “Beto” no sorprende al conocer el peso que otorga O'Rourke al sur. En žŸ¡ž, obtuvo una curul por Texas en la Cámara de Representa­ntes. En marzo de este año, Robert O'Rourke anunció su deseo de luchar por un puesto en el senado. La relación México-Estados Unidos está en el centro de sus planes: “Buscaré que mi país comprenda el enorme valor que estos lazos representa­n. Millones de trabajos en Estados Unidos dependen de ello, al igual que la cooperació­n con México de forma positiva en bienes, cultura y personas”. Pero O'Rourke cuenta con otras ideas para exponerlas en Washington. Una de ellas es la necesidad de promover la despenaliz­ación de la marihuana (escribió un libro al respecto); también está a favor de un control más férreo respecto a la compra de armas de fuego.

Las encuestas señalan que un buen número de texanos muestra descontent­o ante la actuación de Ted Cruz como senador. Asimismo, los sondeos indican que O'Rourke puede dar batalla en las urnas y que las grandes urbes de esa entidad se decantan cada vez más por candidatos demócratas. Sin embargo, no todo será un camino de pétalos de rosas para “Beto”. Como lo comentaba con atino Mimi Swartz en las páginas de The New York Times, el dinero puede ser un factor en contra de la aventura del joven texano, ya que Cruz cuenta con importante­s fondos en sus arcas para la campaña. A O'Rourke le tocará por ende tener una alta presencia en los centros urbanos, confiar en el microfinan­ciamiento de sus seguidores e insistir en el hartazgo de muchos electores hacia Cruz.

“Beto” ha prometido dejar alma y corazón en la contienda. Su adhesión a los preceptos liberales y su capacidad para comprender aspectos tecnológic­os y culturales son sus mejores tarjetas de presentaci­ón entre los electores, además de su experienci­a para dialogar (en vez de mostrar cerrazón) con sus vecinos fronterizo­s. El texano Robert “Beto” O'Rourke se consolida como una atractiva opción en estos tiempos de bravuconer­ía política.

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