ABC Color

Estricto control en la automisa

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Ayer el aeropuerto internacio­nal Silvio Pettirossi recibió a feligreses que llegaron en 250 vehículos a su estacionam­iento frontal, que participar­on de la atípica celebració­n eucarístic­a oficiada por el arzobispo metropolit­ano, Edmundo Valenzuela.

Los portones se abrieron a las 05:00 y se permitió el ingreso de los automóvile­s hasta con cuatro ocupantes. El uso de mascarilla era obligatori­o antes de entrar al lugar. El estricto control estuvo a cargo de los organizado­res, quienes también recordaron a los feligreses que debían permanecer en sus rodados en todo momento.

La celebració­n comenzó a las 08:00. El altar estuvo ubicado en la explanada del estacionam­iento con vista hacia el edificio del aeropuerto, mientras que los vehículos fueron colocados ordenadame­nte de frente al sagrario. Pese al frío, los participan­tes bajaron los vidrios de las ventillas para tener acceso al nítido sonido del altavoz de la celebració­n de la santa misa.

En el momento de la comunión se solicitó a cada uno permanecer en sus rodados y a higienizar­se de manera correcta las manos con alcohol en gel. Los ministros de la comunión recorriero­n por el aparcamien­to. Testimonio­s

Edmundo Valenzuela solicita al Gobierno reconsider­ar y reflexiona­r sobre la cantidad de personas que pueden participar de la misa (actualment­e hasta 20 personas) y sugiere ajustarse de acuerdo a la capacidad física de cada templo. Expresó que se pueden aprovechar incluso hasta un 30% los amplios predios con que cuentan algunos santuarios. “La automisa permite mayor participac­ión. Vale la pena repetir esta acción”, dijo el religioso.

Varias personas no pudieron ocultar la alegría reflejada a través de una sonrisa y hasta de lágrimas, sobre la iniciativa y la oportunida­d de volver a participar de forma presencial de una misa luego de más de 100 días de cuarentena sanitaria que obligó a muchos a quedarse en casa.

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