Perú retoma normalidad tras otra crisis política
Tras el fracaso de la propuesta de destitución del presidente Martín Vizcarra por un polémico caso de contratación pública de un cantante conocido del mandatario, Perú retoma el camino a la normalidad, pero con esta enésima crisis en el país, se revela tanto la debilidad política del mandatario como las fracturas en los partidos del país.
LIMA (EFE). Pocas horas después de que el pedido de “vacancia” de la Presidencia fuera rechazado este viernes por el Congreso, la agitación entre la clase política parece haber perdido fuelle y el país mantiene las actividades habituales de una normalidad alterada por el impacto de la pandemia del covid-19.
Precisamente, la situación sanitaria, que también ha golpeado duramente la economía de Perú, fue el principal argumento del Gobierno y de los sectores moderados del Congreso para rechazar este viernes una eventual destitución de Vizcarra.
Una “nueva normalidad”, similar a la impulsada por el Gobierno ante el impacto del covid-19, que tiene a Perú como el quinto país más afectado del mundo, con más de 756.000 casos y 31.000 fallecidos, también parece haberse instaurado en la política peruana, caracterizada por pasar de períodos de constante agitación y enfrentamientos a otros de invocación a la unidad y conciliación.
El gobernante pidió seguir “trabajando todos unidos por lo que realmente importa a los peruanos”, entre lo que mencionó a “la lucha contra la pandemia, la reactivación económica, el fortalecimiento de la democracia, el combate a la corrupción”.
Vizcarra remarcó que todo esto permitirá “mejorar la calidad de vida de quienes más lo necesitan”, en un país cuya economía puede caer un 12% durante 2020 por el impacto de la cuarentena y las restricciones impuestas para combatir a la pandemia.
Debilidad política
La grave crisis presentada en los últimos días ha ratificado la debilidad política de Vizcarra, quien no cuenta con una bancada parlamentaria ni un partido propio, lo que deja abierta la posibilidad de que se presenten situaciones similares durante los diez meses que aún le quedan de gestión.
Eso se desprende de las declaraciones de muchos de los congresistas opositores que votaron contra su destitución, pero que dejaron en claro que lo hacían para no profundizar la crisis sanitaria y económica del país, y estarán atentos a cualquier otro tema que pueda comprometer al mandatario.
El juicio político planteaba que Vizcarra dejara el cargo por sus aparentes intentos de ocultar su vinculación con la contratación irregular del cantante Richard “Swing” Cisneros, en el Ministerio de Cultura.
Al final de una semana de tensión y muchas acusaciones, el pedido quedó muy lejos de los 87 votos mínimos que establece la ley peruana para que un jefe de Estado sea removido del cargo, al recibir 78 en contra, 32 a favor y 15 abstenciones.
A la debilidad política de Vizcarra también se suman las fracturas e inestabilidades de los partidos políticos del país, que mostraron durante esta crisis sus discrepancias internas e incluso cambiaron su posición en pocas horas.