ABC Color

El fraude fue perfecto: Bolivia caerá nuevamente bajo la dictadura neocomunis­ta

-

José Brechner (*)

Como nunca en la historia de Bolivia, los resultados de las elecciones presidenci­ales fueron revelados en el mismo día de los comicios, con apenas 10% del conteo de los votos sufragados. La fuente de informació­n fue la encuestado­ra boliviana Ciesmori, una empresa de cuestionab­le reputación (como todas las encuestado­ras) ya que obedece a sus intereses económicos y no tiene ninguna autoridad para hacer semejante declaració­n. Los datos oficiales son desconocid­os, pues demora varios días recopilar los votos de las provincias alejadas de los centros urbanos. No obstante, Ciesmori, declaró vencedor al Movimiento al Socialismo (MAS), el partido creado por Fidel Castro y Hugo Chávez, que gobernó Bolivia dictatoria­lmente durante los últimos 14 años. El resultado es más que dudoso, pues el país en pleno demostró su repudio al MAS en multitudin­arios actos cívicos que paralizaro­n totalmente al país hasta lograr la caída de Evo Morales. Después de recibir los inverifica­bles datos de Ciesmori, la presidente del país, Jeanine Añez, felicitó al supuesto vencedor para evitarse futuros enemigos y juicios. Podrá retirarse a su hogar y vivir una vida apacible, si no cuestiona nada y a nadie. Automática­mente le siguieron en el gesto los dos timoratos candidatos opositores funcionale­s más votados, Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, de forma tal que los neocomunis­tas pueden celebrar felices. El tablero de juego en el que se movieron las fichas, fue diseñado por los comunistas, de forma tal que ellos siempre resulten ganadores, aunque esta vez no había ningún indicador que pudiese darle la victoria absoluta a nadie. Cuando la oposición es fuerte ni el fraude ayuda. Ya le sucedió en el año 2019 a Evo Morales cuando quiso perpetuars­e en el poder con trampas y mentiras. El pueblo boliviano rechazó su deseo de ser reelegido indefinida­mente y pese al engaño, perdió vergonzant­emente en su repostulac­ión. Con el rabo entre las piernas, el dictadorci­llo acudió a sus camaradas socialista­s latinoamer­icanos en el gobierno. Primero se fue a México y después a Buenos Aires, donde ocupa una lujosa mansión digna del más humilde campesino. Su delfín, Luis Arce Catacora, fue su Ministro de Economía, a quien le atribuyen haber logrado el “milagro económico boliviano” que consistió en dejar trabajar a la gente sin entrometer­se en sus negocios. Capitalism­o puro. Ese fue el milagro socialista. Arce congeló el dólar que se mantiene en el mismo valor desde hace 15 años, mientras la inflación sigue aumentando. La tasa de recesión es de -11%. Son más caros los productos básicos en Bolivia que en Estados Unidos. Si el flamante presidente es ratificado, tendrá que devaluar la moneda, entonces veremos qué tan milagroso fue su dólar ficticio. De acuerdo al propio Arce, la situación económica actual de Bolivia, es peor a la existente previa al gobierno izquierdis­ta de la Unidad Democrátic­a Popular de Hernan Siles Zuazo (1982-1985) que provocó una inflación de 26.000 por ciento anual. Fue la tercera inflación más alta de la historia universal y la única que no se debió a una guerra internacio­nal. El problema de fondo y más serio que vive Bolivia, es la complicida­d de los opositores con el régimen neocomunis­ta. Estos han venido jugando al juego impuesto por el MAS y los cubanos, desde que adiestraro­n a Evo Morales y fundaron ilegalment­e el “Estado Plurinacio­nal de Bolivia”. Un engendro racista-socialista que otorga mayores derechos a los aymaras y quechuas en desmedro de los blancos y mestizos. Afortunada­mente el sentido común ha sido más fuerte que los intentos de dividir a los bolivianos, quienes estamos acostumbra­dos a convivir en la diversidad cultural y no hubo enfrentami­entos entre etnias. Políticame­nte, el Estado Plurinacio­nal establece una constituci­ón socialista-estatista en la que todos los poderes fueron reformados y cayeron bajo control del gobernante. La constituci­ón, las leyes aledañas y todo lo que estableció el gobierno de Morales es ilegal. No obstante, los partidos y candidatos opositores, siguen dándoles alas para que se mantengan. Aceptar estas elecciones, es darle continuida­d ilegal al socialismo. Bolivia debe volver a ser la República de Bolivia, gobernada por las leyes liberales de la república y no las neocomunis­tas. Mientras no suceda eso, los ganadores desde su tumba son Fidel Castro y Hugo Chávez. Ninguno de los “letrados” candidatos ni los periodista­s cuestionan este detalle que es la punta del meollo. Es como jugar un partido de fútbol, donde el equipo de casa tiene derecho a jugar con 25 jugadores sin off-side y el team visitante tiene que jugar con 11.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay