Agua en abundancia para trabajar
La comunidad Loma se encuentra instalada en pleno acuífero Yrendá. Tienen un pozo que extrae agua desde 220 metros de profundidad. Demás está señalar la calidad del agua en el lugar.
La tierra disponible es rica en minerales y nutrientes. Al igual que todo el Chaco, el problema es el agua para regar los cultivos.
Las huertas en la comunidad de Loma son familiares. Todas cuentan con un sistema de regadío, lo que permite disponer de agua suficiente para cultivar rubros de consumo.
El problema es que no pueden crecer por las dificultades que implica la distribución de agua en toda la comunidad.
El paso necesario para superar esta limitante es el funcionamiento del motor eléctrico para la extracción de agua.
“Miño” Ordóñez, miembro de la comunidad, explicó que “para crecer necesitamos mayor disponibilidad de agua. Tenemos suficiente, pero sin electricidad para hacer funcionar la bomba no podemos hacer mucho”.
La aplicación de la medida cautelar, gestionada por Miguel Angel Muñoz Armas, tiene precisamente como objetivo limitar las posibilidades de supervivencia de los indígenas ñandéva.
El mismo Muñoz Armas se encargó de comunicar a la ANDE la prohibición de innovar para que no se ejecutara el proyecto de instalación de energía eléctrica.
Vender en Infante Rivarola
La comunidad tiene como objetivo instalar una huerta para vender el producto en Infante Rivarola.
Alrededor del fortín se instalaron oficinas de Aduanas, Migraciones y Policía Nacional.
Al sitio llegan todos los días vehículos que transportan diversos productos de un lado a otro de la frontera. Como ejemplo se pueden mencionar las transportadoras de gas boliviano para abastecer al mercado paraguayo.
Junto con las instituciones oficiales, allí funcionan cuatro comedores que se abastecen de “macateros” para disponer de productos alimenticios.
“Ya hablamos con todos ellos y están interesados en comprar todo lo que podamos producir en nuestra huerta comunitaria. Es una oportunidad que tenemos para salir adelante”, agregó Ordoñez.
La violencia, el acoso y el hostigamiento que ejerce, sobre todo, Miguel Angel Muñoz Armas sobre la comunidad Loma es intolerable.
Es un invasor que busca despojar a los indígenas de su tierra.