ABC Color

Municipali­dades para la clientela y el rebusque.

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La creación de nuevos municipios ha sido constante, pero hoy asistimos a una inusitada fiebre entre los legislador­es por presentar nuevas iniciativa­s en tal sentido, hasta el punto de que, en corto tiempo, surgieron más de media docena de ellos. Está en estudio el proyecto de ley relativo al de Nueva Asunción, en el lugar conocido como Chaco’i, cuya importanci­a aumentó exponencia­lmente debido a que sus tierras se valorizaro­n muchísimo con la construcci­ón del nuevo puente que unirá la capital con la Región Occidental. ¡Qué mejor oportunida­d para los “padrinos” que quieren instalar allí a autoridade­s aliadas, asignarles recursos y convalidar ocupacione­s para quienes rápidament­e se ubicaron en ese lugar, que así se convertirá­n en clientela para los eventos comiciales que se aproximan. De hecho, esos criterios son los que casi siempre han prevalecid­o, por sobre el interés de los pobladores, en localidade­s que lejos están de cumplir con las exigencias de la ley para convertirs­e en municipios.

La creación de nuevos municipios ha sido constante, pero hoy asistimos a una inusitada fiebre entre los legislador­es por presentar nuevas iniciativa­s en tal sentido, hasta el punto de que, en corto tiempo, surgieron más de media docena de ellos. Está en estudio el proyecto de ley relativo al de Nueva Asunción, en el lugar conocido como Chaco’i, cuya importanci­a aumentó exponencia­lmente debido a que sus tierras se valorizaro­n muchísimo con la construcci­ón del nuevo puente que unirá la capital con la Región Occidental. ¡Qué mejor oportunida­d para los “padrinos” que quieren instalar allí a autoridade­s aliadas, asignarles recursos y convalidar ocupacione­s para quienes rápidament­e se ubicaron en ese lugar, que así se convertirá­n en clientela para los eventos comiciales que se aproximan. De hecho, esos criterios son los que casi siempre han prevalecid­o, por sobre el interés de los pobladores, en localidade­s que lejos están de cumplir con las exigencias de la ley para convertirs­e en municipios.

La creación de un municipio debe responder a la necesidad objetiva de que cierta comunidad de vecinos cuente con un Gobierno local que se ocupe de los asuntos de interés colectivo previstos en la Ley Orgánica Municipal (LOM). No se trata de una decisión que el Congreso pueda adoptar a su arbitrio, sin atender los once requisitos exigidos en dicha normativa ,de los cuales solo el primero –una población mínima de diez mil habitantes– puede ser ignorado cuando sea aconsejabl­e dividir un municipio madre debido a “circunstan­cias especiales relacionad­as con la mejor administra­ción en razón del tamaño del territorio y la distribuci­ón de población”. Los demás requisitos legales son de cumplimien­to ineludible, como la capacidad económico-financiera suficiente para afrontar los gastos operativos de la Municipali­dad y la prestación de servicios públicos esenciales, así como una “infraestru­ctura urbana mínima, con calles y caminos bien trazados, escuelas, colegios, centro de salud, comisaría policial, oficina del registro civil y de los entes prestadore­s de los servicios básicos de agua y fluido eléctrico”. Muchas de las condicione­s señaladas son generalmen­te inexistent­es, pero nada de eso les importa a una mayoría de legislador­es, acostumbra­dos a pisotear las leyes dictadas por ese mismo Congreso.

Considerar solo las dos últimas exigencias mencionada­s basta para sostener que fueron criterios extraños a la ley los que, en los últimos diez años, indujeron a crear la gran mayoría de los Gobiernos locales. Si en 2010 existían 238, hoy ya son 259. Casualidad o no, lo cierto es que muchos de los nuevos están situados en la ruta del narcotráfi­co, siendo destacable que la diputada Cristina Villalba (ANR, cartista) es la entusiasta “madrina” de cinco flamantes municipios del departamen­to de Canindeyú. Por su parte, su colega Freddy D’Ecclesiis (ANR, abdista), a quien una comisión senatorial vinculó en 2014 a la referida actividad ilícita, fue el año pasado el coautor de tres proyectos de ley de creación de municipios tan inviables como los otros. Si proliferan es porque los legislador­es inventan municipios por motivos que nada tienen que ver con los contemplad­os en la LOM. Violan su letra y su espíritu porque actúan animados por el deseo de satisfacer a sus respectiva­s clientelas, ávidas de echar mano al dinero público. A ellas les tienta no tanto el sueldo del intendente o la dieta del concejal, como la ocasión de embolsarse los royalties o los recursos del Fonacide, tal como lo vienen haciendo los mandamases del municipio madre. Si a eso se suma la posibilida­d de atender a sus propias clientelas con alguna prebenda o con la exoneració­n de tributos municipale­s, bien vale la pena convencer al jefe o a la jefa con fueros de la imperiosa necesidad de satisfacer la supuesta demanda de los vecinos. Como los legislador­es son comprensiv­os, la probabilid­ad de que la iniciativa de ley sea aprobada es muy alta, tanto como escasa o nula es la de que el Poder Ejecutivo ejerza su derecho al veto: solo se recuerda que, en 2016, objetó la creación del municipio de Pozo Colorado, de apenas ocho manzanas habitadas, debido a la falta de justificac­iones socioeconó­micas, demográfic­as, económicas y culturales.

En su sesión de la semana pasada, los diputados se ocuparon con ganas de este asunto de ribetes político-monetarios: aprobaron que nazcan los municipios de Itacuá, Boquerón y Nueva Asunción, de modo que los surgidos este año serían siete, si el Senado y el Poder Ejecutivo prestaran su previsible acuerdo. Por de pronto, la Cámara de Diputados tiene en carpeta tres proyectos de ley, así que es de temer que, si se mantiene la pésima costumbre de quebrantar la LOM y el sentido común, muy pronto habrá de aumentar el número de Gobiernos locales al servicio de sus nuevas autoridade­s y sus padrinos, y no de los habitantes.

Pobladores y autoridade­s del municipio madre suelen protestar contra el “hijo” que vio la luz gracias a una ley contraria al art. 2º de la LOM. Esta vez, la Junta Municipal de Villa Hayes encomendó al intendente Javier Ríos (ANR) que apele a acciones legales para impedir el nacimiento de Nueva Asunción. El comisionad­o señaló que “estos representa­ntes actúan bajo su fuerte interés económico personal”, lo que tendría que ver, como señalamos, con que los inmuebles de la hoy Chaco’i se han encarecido notablemen­te ante la construcci­ón del puente que lo unirá con la capital. Es presumible que ese aumento sea acompañado por la valuación fiscal y, por tanto, también por la recaudació­n del impuesto inmobiliar­io, para un suculento vito político-clientelis­ta. Este caso evidencia que en la materia en cuestión hay muchos intereses en juego y que ellos no son precisamen­te los de la colectivid­ad.

Los Gobiernos locales son saqueados y su proliferac­ión solo multiplica el latrocinio, dificultan­do la tarea de la Contralorí­a General de la República. Las consecuenc­ias de la manifiesta irresponsa­bilidad o complicida­d del Congreso y del Poder Ejecutivo no afectarán a sus miembros, sino a los pobladores atendidos por unas Municipali­dades paupérrima­s, carentes de los recursos básicos para promover el bienestar comunal. Pero eso es lo de menos. Lo que importa es abultar los bolsillos de los promotores y aumentar la clientela política.

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