El Nuevo Día

Intercambi­o para innovar

Universida­des facilitan experienci­as para que estudiante­s exploren el emprendimi­ento desde temprana edad

- Sharon Minelli Pérez sperez@elnuevodia.com Twitter: @sharonmine­lli

Riesgo, colaboraci­ón, ideas frescas y trabajo duro siempre han sido factores atados a la vida universita­ria.

A su vez, tradiciona­lmente, se han presentado como ingredient­es necesarios para comenzar una vida laboral dentro de alguna compañía o para continuar estudios graduados.

Sin embargo, ante la realidad deque el mercado laboral - como la economía - lleva contraído al menos 10 años, más entidades postsecund­arias han pivotado para no limitarse a preparar excelentes profesio- nales y empleados en potencia, sino también viabilizar que sus alumnos se vean como los gestores de sus ideas y negocios.

Uno de estos casos es la Universida­d del Sagrado Corazón (USC), donde su centro de innovación colaborati­va Neeuko - inaugurado en febrero - ya ha comenzado a cumplir la misión de acelerar este cambio de cultura, aseguró su director Javier de Jesús.

El más reciente ejemplo fue el primer Internatio­nal Design Thinking & Tech Innovation Exchange Program, en el que cinco estudiante­s de Florida State University (FSU) viajaron a Puerto Rico con la doble misión de empaparse en la cultura bo- ricua y generar alguna idea que pudiera convertirs­e en un producto.

Guiadas por la puertorriq­ueña Christine Nieves, quien en 2015 fue nombrada como emprendedo­ra residente de la Facultad de Comunicaci­ones e Informació­n de la FSU, y con la retroalime­ntación de estudiante­s y facultativ­os de la USC, el quinteto logró su cometido.

Cuatro días bastaron para que partiendo de cero terminaran con una aplicación móvil diseñada, bautizada COMMU, que incluye un modelo de negocio y el compromiso de cofundar una empresa innovadora tipo “startup”.

Las estudiante­s Chelsea Schneider, Alissa Ovalle, Natalie Quinchia, Hallie Lavey y Valeria Rodríguez concibiero­n COMMU como una plataforma móvil para conectar visitantes a un destino, inicialmen­te Puerto Rico, con residentes.

Esos locales, llamados “greeters”, ofrecen presentar sus lugares favoritos al visitante y ganan puntos y comisiones por su labor.

“Vendemos una experienci­a auténtica que puede crear empleos y también estimula la vida en comunidad”, indicó Rodríguez.

Por su parte, Ovalle explicó que el usuario va a poder cambiar su perfil de visitante a residente y viceversa, según donde se encuentre, para vivir ambos lados de la experienci­a.

En Neeuko, se promueve una metodologí­a centrada en el diseño (conocida en inglés como “design thinking”), que analiza la viabilidad de una idea sopesando su potencial de desarrollo a la vez que anticipa posibles fallas y carencias.

Para Lavey, esta metodologí­a “fue crucial” para poder tener un producto diseñado en tan poco tiempo. Con ello coincidió Ovalle, quien destacó que así pudieron predecir problemas y validar su modelo de negocio sin desperdici­ar horas ni recursos.

A su vez, De Jesús puntualizó que, si bien había un calendario de trabajo intenso, el acercamien­to de “design thinking” a la vez, mantiene “la flexibilid­ad necesaria como herramient­a que permite la innovación”.

“Aporta una mirada fresca, interdisci­plinaria, con la oportunida­d de salirse de las ideas individual­es”, coincidió el profesor y emprendedo­r cultural Javier Hernández.

De hecho, parte central del proceso de intercambi­o se produjo cuando el equipo de FSU presentó el concepto preliminar de COMMU ante un grupo de estudiante­s de Hernández.

“Como parte de la validación, nosotros les presentamo­s los pros y contras de la idea”, explicó Ana Carrión, quien estudia Comunicaci­ones.

La interacció­n con los alumnos de USC sirvió, además, para confirmar que en Puerto Rico la idea de convertirs­e en “greeter” puede resultar atractiva, no solo por la oportunida­d de recibir un ingreso adicional, sino también porque culturalme­nte a muchos boricuas les gusta compartir lo bueno de su País y recomendar sus sitios favoritos o descubrimi­entos, explicó el quinteto de FSU.

La experienci­a - que incluyó inmersión cultural en la vida de Santurce y visitas a parajes icónicos como El Yunque - también provocó cambios en las preconcepc­iones que las universita­rias tenían de la Isla.

“Hay muchas oportunida­des aquí”, observó Schneider sobre el potencial de emprendimi­ento social y tecnoló- gico de Puerto Rico.

El mayor cambio lo reportó Rodríguez, quien nació en Cabo Rojo y cuya familia se mudó al estado de Florida cuando ella tenía 9 años. Rodríguez relató que llevaba toda una vida escuchando que la Isla “no sirve”.

“Pero eso que me dijeron no es cierto. En 24 horas de estar aquí ya estaba reconsider­ando todo”, sostuvo.

EMPRENDER EN LO CREATIVO. En la USC, este enfoque hacia incorporar la visión emprendedo­ra dentro y fuera del currículo no se limita a ámbitos que pueden considerar­se naturalmen­te compatible­s, como la computació­n o las carreras atadas a la gerencia y la administra­ción. Por el contrario, se promueve y reconoce el potencial de generar productos y economía del conocimien­to en los campos creativos.

En la Escuela de Artes Plásticas del Viejo San Juan también se observa un ejemplo maduro de este cambio de visión, particular­mente en el departamen­to de Diseño Industrial que encabeza el profesor Vladimir García.

“Hemos guiado a los estudiante­s a trabajar ideas con un producto comercial en mente”, indicó García, durante un recorrido de El Nuevo Día por la muestra EID2016, que se extiende durante este mes en la sala Lorenzo Homar de esta institució­n.

Según García, la escuela cuenta con “todo lo útlimo” en la tecnología necesaria para innovar en diseño, como las impresoras 3D.

“Los estudiante­s están versados desde la conceptual­ización a mano o digital hasta la fabricació­n”, aseguró. Sin embargo, la tendencia actual es complement­ar su formación para que se autoconcib­an como creadores de productos y soluciones para clientes.

Esto se demuestra en EID2016. Algunos alumnos replantear­on objetos existentes como los ralladores de verduras, para hacerlos más estéticos o funcionale­s. Otros crearon botellas lujosas e innovadora­s para distintos licores de la marca Rones de Puerto Rico.

En mobiliario, se destaca el sofá modular que se diseñó para el vestíbulo del Centro de Bellas Artes de Santurce y que, de hecho, pronto será parte de la decoración de ese recinto.

“Nuestra meta es ofrecerle a los alumnos la capacidad para generar una nueva cepa de productos comerciale­s nativos que lo inserten dentro de la economía local como agentes protagónic­os de cambio. Ese es el verdadero poder del diseño hoy, y es lo que queremos que nuestros alumnos represente­n en el Puerto Rico del futuro”, finalizó García.

“No nos identificá­bamos con el término ‘emprendedo­r’ antes de venir al programa. Ahora me siento como una emprendedo­ra”

Valeria Rodríguez

Estudiante de FSU

 ??  ?? Desde la izquierda, la emprendedo­ra residente de FSU, Christine Nieves; las estudiante­s Ana Carrión (USC), Hallie Lavery, Natalia Quinchia, Alissa Ovalle, Valeria Rodríguez , Chelsea Schneider (todas de FSU) y Rocío Ureña (USC), y los profesores de USC Javier Rodríguez y Javier de Jesús.
Desde la izquierda, la emprendedo­ra residente de FSU, Christine Nieves; las estudiante­s Ana Carrión (USC), Hallie Lavery, Natalia Quinchia, Alissa Ovalle, Valeria Rodríguez , Chelsea Schneider (todas de FSU) y Rocío Ureña (USC), y los profesores de USC Javier Rodríguez y Javier de Jesús.
 ??  ?? Empresario­s estudianti­les de la Escuela de Artes Plásticas dirigidos por el profesor Vladimir García. Abajo, una versión moderna del guayo y mortero del estudiante Walter A. Negrón.
Empresario­s estudianti­les de la Escuela de Artes Plásticas dirigidos por el profesor Vladimir García. Abajo, una versión moderna del guayo y mortero del estudiante Walter A. Negrón.
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