PONCEÑA QUE SE LAS TRAE
La vivaracha mujer disfruta compartir las noticias con los clientes que día a día la buscan en la Ciudad Señorial
Norma López Rodríguez le alegra las mañanas a decenas de clientes.
Con frío o calor, bajo sol o lluvia, Norma López Rodríguez sale a vender periódicos impulsada por el entusiasmo que le produce intercambiar saludos, sonrisas y conversaciones con otra gente.
Sus clientes le dan el ánimo necesario para levantarse cada día a las 2:00 a.m. y caminar desde su apartamento en el residencial Dr. Manuel de la Pila Iglesias hasta la intersección de la carretera PR-14 con la avenida Fagot, donde toma café en un restaurante de comida rápida antes de que le lleven los periódicos.
Entre 4:00 a.m. y 5:00 a.m., Norma recibe su cuota: 55 ejemplares de Primera Hora y 30 de El Nuevo Día, y comienza su aventura entre carriles.
“Ya tengo mi truco pa’ vender. Primero vendo en un lado y después en el otro y el otro. Así cojo clientes. ¡Me llaman y a juyir!”, cuenta la porteadora entre risas.
Durante la semana se le encuentra en la PR-14, pero los fines de semana se muda a la avenida Las Américas, a la altura de la urbanización San Antonio.
“Me siento bien de hablar con la gente porque en casa me siento aburridísima. Tengo que coger la calle”, cuenta la mujer que nació hace 56 años en Manhattan, Nueva York, y llegó a Puerto Rico de niña.
En sus intercambios con los conductores, “me dicen sus cosas… compartimos lo bueno y lo malo”. “Yo les doy ánimo” y “a todos los quiero por igual”, afirma.
Norma comenzó en este oficio en 1999 y no ha estado exenta de contratiempos. Hace varios años un carro la atropelló y requirió una operación para ponerle una varilla en la cadera.
“Me pusieron nueva, nueva. Me pusieron las caderas de Shakira, ¡así bailo la avenida yo!”, dice con picardía.
A pesar del susto y las consecuencias del accidente –cada vez que hace frío el dolor en el área afectada es insoportable-, Norma dice que “lo importante es estar viva y seguir haciendo las cosas” porque “en una cama me va a dar moho”.
Además, se ve como un ejemplo de tesón para los jóvenes.
“Aquí estoy con mis compañeros echándole ganas para enseñarle a la juventud que vale la pena trabajar, que eso es bueno para evitar que se metan en la droga y la bebida”, señala.
“
A veces me arriesgo a que me dé un cantazo un carro, pero lo hago de corazón”
NORMA LÓPEZ RODRÍGUEZ VENDEDORA DE PERIÓDICOS
Aquí estoy con mis compañeros echándole ganas para enseñarle a la juventud que vale la pena trabajar”
NORMA LÓPEZ RODRÍGUEZ
VENDEDORA DE PERIÓDICOS
Su deseo de agradar y sacarles una sonrisa a los conductores es tal que, previo al Día de San Valentín, destinó una parte de sus limitados ingresos para hacerles un regalo inesperado. “Yo le di una sorpresa en San Valentín a todo el mundo”, recuerda orgullosa.
El domingo 12 de febrero, puso globos rojos y blancos –los cuales llenó “a pulmón”- en su punto de venta en la avenida Las Américas y repartió paletas de dulces. Al día siguiente, volvió a regalar paletas, pero en la PR-14.
“A veces se gana poco, pero se acepta lo que sea. Lo importante es hacer las cosas porque hay mucho problema de desempleo. Esto sirve de terapia”, reflexiona Norma, quien recoge los bártulos a las 10 a.m., hace el cuadre y luego, sea en pon o a pie, regresa a su apartamento, donde le espera su gato Yoyo.