El Cielo
Cuando hablamos de Dios solemos mirar al cielo, con esperanza o con escepticismo, con fe o con incredulidad... Es el viejo y siempre abierto problema religioso, pero la experiencia religiosa propia del cristianismo no es la de un Dios que está solamente en el Cielo, sino de un Dios que ha abandonado el Cielo para habitar en la tierra, entre nosotros, humanamente. Cuando rezamos el padrenuestro y decimos «Venga tu reino», «Hágase tu voluntad en la tierra como en el Cielo», estamos confesando que el Cielo (que no es un sitio, sino el mismo Dios) se ha hecho presente en la tierra. Es posible encontrar el Cielo en este mundo, es posible porque se ha hecho visible en nuestra historia.