El momento de las propuestas
El Sínodo de los obispos sobre Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional ha entrado en su recta final. Desde el martes, los padres sinodales y los auditores abordan la tercera parte del instrumentum laboris: Elegir. Caminos de conversión pastoral y misionera. Y, a partir de este jueves, los círculos menores recogerán propuestas concretas –como pidió el Papa– que respondan a la realidad que se ha analizado. Con todo ello, a lo largo de la próxima semana, la comisión de redacción (encabezada por el cardenal brasileño Sérgio da Rocha y con representantes de todos los continentes) elaborará el documento final, que se votará el sábado 27.
Rescatar la confirmación
Después de haber dedicado la primera parte del Sínodo al diagnóstico de la realidad de los jóvenes, la semana pasada se dedicó a interpretarla en clave vocacional y de discernimiento. En las intervenciones en el aula sinodal siguieron resonando cuestiones generales como el mundo digital, las migraciones, el escándalo que generan los abusos, y la necesidad de que tanto los jóvenes como las mujeres tengan un papel protagonista y asuman responsabilidades en la Iglesia; y otras más propias de regiones concretas, como las dificultades en los países donde se persigue la fe, o el desafío de hablar de moral sexual cuando en el contexto de muchos jóvenes la homosexualidad ya no es algo extraño sino que se vive con normalidad.
Pero, entre las propuestas salidas de los círculos menores, destacan otras preocupaciones como la de aprovechar mejor la Confirmación como un momento clave de la pastoral juvenil y vocacional –que han de ser una sola, apuntaba un grupo–. Es fundamental también presentar la vocación –en todas sus facetas, desde la general al amor hasta cada estado de vida y apostolado concreto– y la santidad como fuente de desafíos pero sobre todo de felicidad, no como una imposición. Los grupos, por último, insistieron en la dimensión comunitaria del discernimiento, y en la necesaria formación y acompañamiento a los propios acompañantes espirituales de los jóvenes.