Amor sin «Photoshop»
Antes de cerrar su viaje a Perú, de donde ayer emprendió su regreso a Roma, el Papa tuvo ocasión de condenar las corruptelas del poder político, especialmente graves en Iberoamérica, de alertar a los jóvenes contra el falseamiento de la realidad y de animar a un grupo de monjas de clausura a abrirse al mundo. «Las monjas encogidas han perdido la fecundidad, no son madres; se quejan de todo y van buscando siempre un tiquismiquis para quejarse», dijo el Papa a las carmelitas descalzas del santuario del Señor de los Milagros. Más tarde, y tras denunciar la decadencia de la política del continente, el Santo Padre rezó el ángelus con un grupo de jóvenes, a los que invitó a no perder la esperanza frente a un mundo que no siempre resulta cómodo. «Los filtros de colores sólo van bien en los vídeos, pero nunca podemos aplicárselos a los amigos. Hay fotos muy lindas, pero están trucadas... El corazón no se puede “photoshopear”, porque ahí –dijo el Obispo de Roma en un discurso improvisado– es donde se juega el amor verdadero».