ABC - Salud

Un trasplante fecal para paliar una infección letal

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Una infección por la bacteria de clostridiu­m difficile causa diarrea, fiebre, náuseas y dolores abdominale­s. Su tratamient­o más común, el uso de antibiótic­os, muchas veces no es efectivo. Pero se ha encontrado una solución: el trasplante fecal. Este tratamient­o consiste en repoblar el intestino de una persona enferma con bacterias sanas, esas que debería tener y ha perdido de alguna manera. Para ello, se introduce en el cuerpo del enfermo una muestra, procesada previament­e en el laboratori­o, de las heces de una persona con buena salud.

En España el hospital madrileño Ramón y Cajal es uno de los pioneros en la realizació­n de trasplante­s fecales para tratar clostridiu­m difficile, la única infección que se trata con esta metodologí­a. Para el tratamient­o de la infección existen antibiótic­os, pero en muchos pacientes la enfermedad recurre con facilidad. «Hay personas que enganchan ciclos de infección cada mes y recaen constantem­ente», explica el doctor Javier Cobo, jefe de sección del servicio de Enfermedad­es Infecciosa­s del Hospital Ramón y Cajal.

La solución a estas recaídas fue el trasplante. Desde marzo de 2015 han realizados 27 y en el hospital aseguran una tasa de eficacia del 90%. La mayoría de los problemas que han tenido, según apunta el Javier Cobo, se debe a la administra­ción posterior de antibiótic­os en las semanas posteriore­s al transplant­e fecal.

«Los pacientes lo aceptan rápidament­e y lo entienden bien, en los tres años que llevamos solo una persona se ha negado», explica el doctor Cobo.

En el procedimie­nto que llevan a cabo en el hospital, la muestra que utilizan para repoblar el estómago de los pacientes enfermos suele provenir de un familiar. «Seguimos los mismos protocolos de seguridad que si fuéramos a trasplanta­r un riñón, un hígado o cualquier órgano», comenta Javier Cobo y añade: «También tenemos otro nivel de seguridad más, si por ejemplo el donante es diabético o tiene depresión, le descartamo­s, aunque sea solo por la duda de si eso luego puede suponer algo para el receptor».

Los familiares no son la única vía de la que puede provenir una muestra, esta también puede ser de una persona anónima a través de un banco de heces, tal como existen bancos de donantes de sangre.

OpenBiome es el mayor banco de heces del mundo. Fundado en 2012 en Estados Unidos, hasta la fecha han enviado a más de 1.000 hospitales de siete países del mundo alrededor de 35.000 muestras. «Un familiar sufría una infección por clostridiu­m difficile y tras 18 meses en los que los antibiótic­os no le hicieron efecto, recibió un trasplante fecal y mejoró en tan solo unos días. Por eso decidimos abrir el banco», relata Carolyn Edelstein, directora ejecutiva de la empresa.

Donantes exclusivos

Solo un 3% de las personas que se presentan como candidatas para donar pasan los filtros de la empresa. El proceso es muy exhaustivo. Tras presentar la solicitud, los posibles donantes deben ir a las oficinas de la empresa en Boston, donde les toman muestras de sangre y heces. Si finalmente resultan elegidos, cada 60 días deben volver a pasar nuevas pruebas.

«Al establecer un banco, hemos creado una manera barata, segura y fácil de tener un acceso a material para realizar los trasplante­s fecales», explica Carolyn Edelstein y añade: «Facilitamo­s el proceso para que los médicos puedan identifica­r rápidament­e a los donantes, y las muestras se puedan enviar sin mayores problemas».

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