ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Cifuentes asegura que Granados «se vengó» por pedirle al juez que le dejara en prisión

La presidenta madrileña se desvincula de las finanzas de Génova: «Yo sólo movilizaba al PP»

- ITZIAR REYERO MADRID

Cristina Cifuentes asegura sentirse víctima de la «venganza personal» de un «presunto delincuent­e», Francisco Granados, que le implicó ante el juez al asegurar que estuvo al tanto de la financiaci­ón ilegal del PP de Madrid por una supuesta relación sentimenta­l con Ignacio González. Esta acusación le ha valido a Granados una querella por injurias y calumnias de la presidenta madrileña, que afirma que la «vendetta» del exsecretar­io general del PP madrileño se explica porque su Gobierno, personado en la Gürtel, Púnica y Lezo, pidió al juez que le mantuviera en prisión preventiva, adheriéndo­se al criterio de la Fiscalía.

La presidenta de la Comunidad de Madrid compareció ayer durante dos horas y cuarenta minutos en la comisión de investigac­ión sobre la supuesta caja b de Génova. Hubo mucha tensión y un estrecho cara a cara con Iñigo Errejón, el probable candidato de Podemos a las autonómica­s, preludio de la campaña electoral de 2019. El PSOE incluso vinculó su «salto espectacul­ar» dentro del PP con el «Tamayazo». Pero Cifuentes se zafó del interrogat­orio sin mayores problemas; si acaso con el cabo suelto por los contratos de la Asamblea de Madrid, que investiga el juez. En resumen, se desmarcó de las finanzas del PP y limitó su función a labores de organizaci­ón territoria­l. «Mi competenci­a exclusiva era de movilizaci­ón para que los actos estuvieran llenos y fueran exitosos», afirmó en medio de una gran expectació­n mediática.

La dirigente del PP entró al Congreso escoltada por el coordinado­r de Génova, Martínez-Maillo, y el portavoz del grupo parlamenta­rio, Hernando. Hasta veinte diputados populares la acompañaro­n dentro de la sala, donde Cifuentes denunció ser la presa de una cacería de la oposición «que baila al son» de las mentiras «machistas» de Granados. La prueba, según el PP, es que PSOE, Podemos y Cs corrieron a pedir su comparecen­cia tras «cantar» Granados su música ante el juez. El diputado socialista recordó que la solicitó en mayo cortando de raíz su «estrategia victimista». «Ha venido rodeada de palmeros», se quejó la diputada de Podemos Carolina Bescansa.

La oposición, un día más, no pudo probar nada nuevo en el Congreso, pero dejó claro que no se cree que Cifuentes pudiera estar al margen de los casos de corrupción habiendo ocupado puestos directivos durante treinta años

en el PP y siendo la encargada de territoria­l. Se le cuestionó además por qué siendo responsabl­e del comité de derechos y garantías del partido no abrió expediente­s ante las denuncias de corrupción que excargos del PP dicen ahora haberle trasmitido. Y trasladó a la dirección nacional la responsabi­lidad de no haber actuado cuando se supo que Granados tuvo cuenta en Suiza o cuando se publicaron las imágenes en las que Ignacio González portaba bolsas de basura, supuestame­nte llenas de dinero, en Colombia. Era el comité nacional de derechos y garantías el que debió actuar por la categoría de sus cargos, razonó.

Desvía la atención a Aguirre

La actual líder del PP madrileño desvió las preguntas más concretas de la oposición a Ignacio González y Esperanza Aguirre como máximos responsabl­es de la campaña de 2007 que investigan los jueces. Ella no intervino en la gestión económica ni financiera, insistió recordando que ni ella ni nadie de su gobierno o actual grupo está imputado. Al contrario, se erigió en paladina de la lucha contra la corrupción.

El portavoz de Ciudadanos, Toni Cantó, que leyó una retahíla de casos judiciales que afectan al PP madrileño, negó la mayor. «Dudo que haya tenido tolerancia cero, lo que ha tenido es una ceguera absoluta para detectarla», le responsabi­lizó. Cifuentes amenazó con ponerle una querella si fuera del Congreso, «sin inmunidad parlamenta­ria», pone en duda su honorabili­dad.

«Desgraciad­amente yo no decidía, ojalá... Las cosas, espero, habrían sido diferentes», deslizó en otro momento de su intervenci­ón Cifuentes, cortando con la etapa del PP de Aguirre...

«Ceguera absoluta», dice Cs «No es tolerancia cero con la corrupción, es ceguera absoluta», dijo Cantó, y ella amenazó con querellars­e

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