HACE UNA DÉCADA QUE ESTA PAREJA LLEGÓ A MARRAKECH DESDE CALIFORNIA, PERO TAN SOLO UNOS MESES
QUE LLENARON DE COLOR ESTA CASA DE GUELIZ, EL BARRIO DE MODA ENTRE LOS
la personalidad marcada, al igual que en esta, por las geometrías y el color de su propia firma de baldosas hidráulicas, Popham Design. Samuel y Caitlin Dowe-sandes la fundaron al poco tiempo de aterrizar en el país. Caitlin era relaciones públicas para empresas de arquitectura y Samuel, productor de cine y escritor. Decidieron tomarse un año sabático y viajar, pero el país mediterráneo les atrapó. Con la obra de su primera vivienda descubrieron lo fácil que resultaba conseguir artesanos que desarrollaran sus propios diseños. Así nació su empresa. Abandonaron las estrechas calles del casco viejo de su primer piso cuando llegó su hija Georgina, a la que llaman Gigi. “Nos atrajo lo fácil que resultaba vivir en Gueliz –explica Caitlin–. La escuela de la niña, los restaurantes y las tiendas están amenos de cincominutos”. Su primera parada en este distrito fue en un bungalow que pronto se les quedó pequeño. Así terminaron en este unifamiliar junto almercado de las Flores. “A pesar de que el edificio necesitaba bastante trabajo, el esqueleto, con techos altos y una espaciosa escalera, apuntaba maneras”, continúa. En la planta de abajo ampliaron algunas ventanas y demolieron varias paredes para lograr espacios más diáfanos. Arriba, convirtieron dos pequeñas habitaciones en un solo dormitorio con chimenea y armarios a medida. Al principio situaron en este mismo nivel la oficina, que posteriormente ha sido convertida en cuarto de invitados con baño en suite. Las baldosas de Popham son las protagonistas indiscutibles. “En ellas hemos plasmado nuestra obsesión por los azules de Maine y por los rojos y amarillos del desierto. Incorporamos algunos grises que recuerdan la influencia de los franceses, fundadores de esta zona de la ciudad en los años 20. Las ráfagas azafrán y turquesa son un homenaje a nuestro origen”, cuenta Caitlin. El mobiliario es un batiburrillo de antigüedades de mediados de siglo y piezas actuales que han comprado en zocos y chamarileros demarrakech y en viajes por toda Europa, especialmente en París. Allí encuentran muchas de las joyas que venden en su tienda, en el centro de la ciudad. “No nos gusta circunscribirnos a un periodo concreto, nos encanta la mezcla de diferentes épocas y estilos”, dice Samuel. En el exterior, añadieron la piscina y una cabaña secreta para la pequeña. “Ella tiene su propio balcón y hasta un columpio, ¿quémás puede pedir una niña de cinco años?”, dice Samuel. Ellos, tampoco.
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