PUREZA “Nos inspiramos en la de las casas de Richard Neutra, tan ALEJADAS del resto de las residencias de vacaciones”.
FEDERICO FERRARI
u relación comenzó hace dos décadas, pero no la de la pareja que vive en esta villa, sino la de ellos con Formentera. “Fue en un verano de finales de los noventa, creo que fue en el 97, cuando pisé por primera vez la isla para trabajar en un chiringuito que se llamaba Oceano Mare, mi primer empleo con sueldo. Vivía en una casa sin luz eléctrica ni agua corriente, pero con un pozo. Entonces la naturaleza era más salvaje y la mayoría de los caminos eran rurales”, recuerda el arquitecto italiano Federico Ferrari. Distinta fue la llegada de su mujer, Carolina Castiglioni (hija de la fundadora de la firma Marni), quien un verano antes había descubierto este pedazo de tierra junto a sus padres, y casi de inmediato decidieron levantar aquí una villa. Desde entonces no han fallado ningún año. Tanto es así, que hace cuatro compraron un terreno en Cap de Barbaria para construir su propio refugio. “La diseñamos con el arquitecto Nacho Alonso inspirándonos en la obra de Richard Neutra, con esa pureza de formas que aleja su trabajo de las tradicionales residencias de vacaciones”. El resultado es una vivienda de 400 m2 clavada en suelo rocoso con piel de cemento, piedra y caña que también remiten a las casas tradicionales de la zona. “Estuvimos cuatro meses trabajando con excavadoras. Fue lo más duro del proyecto. Desde un punto de vista técnico, la creamos con la filosofía que siguen los barcos, cuanto menos haya, menos se puede romper”, explica Ferrari. Dentro todo gira en torno a un gran salón-comedor compuesto por tres bloques abiertos a una pinada a través de paredes de cristal, “con lo que logramos prolongar la terraza”, la cocina de acero que él diseñó, y seis dormitorios, el principal con baño en suite, otro para su hijo Filippo y el resto para invitados, además de su lugar favorito: “La barbacoa, donde nos juntamos con nuestros amigos”. Para el interiorismo buscó una identidad que escapara “de la tiranía de Instagram que ha unificado tanto la decoración”, señala. Huyeron de lo campestre y lo bohemio para apostar por un relajado industrial influido por sus admirados Philip Johnson y Carlo Scarpa, y los contemporáneos Herzog & de Meuron, Piuarch y Rem Koolhaas. A esto sumaron una marcada estética del midcentury italiano con su colección de piezas de grandes del XX como Giulio Moscatelli, Marco Zanusso o Sergio Mazza que conviven con otros diseños que él produce a través de su editora Edizioni Design. Un retiro en el que ellos confiesan haber encontrado “nuestro auténtico espacio, en el que controlamos y disfrutamos del tiempo”. Solos o con unos pocos afortunados. edizionidesign.com
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