Una familia, pese a todo
cuando saltó al escenario para cantar un rap (tienes el vídeo en Youtube y es impagable). Pero es que además sabe reírse de sí mismo y no es nada divo, una faceta que le ha ser vido para grabar promociones tan originales como la que hizo para X-Men: días del futuro pasado. En esa ocasión, Hugh entrevistaba a su yo del pasado y llegaba a prevenirle para que no aceptara el papel que más le avergüenza de su carrera, el que en Movie 43 le conver tía en un hombre que tenía los testículos en el cuello. Imagino lo que estás pensando... Es terrible. Pero todo se olvida con el tiempo, y sobre todo con galardones como el Premio Donostia que el Festival de San Sebastián otorgó a Hugh en 2013, en reconocimiento a su trayectoria cinematográfica.
Cáncer de piel
En su momento, Hugh Jackman confesó que uno de los episodios más duros de su vida había sido precisamente no poder tener hijos: “Intentarlo es maravilloso, pero cuando te vas dando cuenta de que eso no va a pasar te crea ansiedad”. Por eso el matrimonio, que en abril celebra su 19º aniversario, decidió adoptar a Oscar y Ava: “Nada más iniciar los trámites se pasó esa ansiedad que sentía. Ellos son mis hijos”. Y si profesionalmente al actor le va más que bien, su vida personal no le anda a la zaga. Felizmente casado con Deborra-Lee, 13 años mayor que él, Hugh se muestra enamoradísimo de su mujer: “Mi relación con Deb es una de las mejores cosas que tengo en la vida”, afirma. Bueno, ella y sus dos hijos adoptados, Ava y Oscar.
Sólo una sombra se cierne sobre tanta felicidad: el cáncer de piel contra el que el actor sigue luchando –motivo por el que aparece muchas veces con una tirita en la nariz–. El pasado mes de octubre tuvo que ser operado por tercera vez a consecuencia de un carcinoma de células basales. Por eso no se cansa de aconsejar: “¡Usad protección solar!”. Y como hombre optimista que es, afirma que “lo bueno es que se puede prevenir: es cuestión de hacerse los chequeos adecuados”.
Por nuestra parte, esperamos seguirle viendo, a poder ser en papelones tan intensos como el de Prisioneros o en la piel de personajes románticos como el de Kate & Leopold.