LAS CINCO NUEVAS FORMAS DE PENSAR QUE SERÁN CLAVES EN 2018
El mundo está cambiando. Si echamos la vista atrás, hace menos de diez años, muy pocas personas sabían de la existencia de las criptomonedas, los drones se utilizaban casi exclusivamente con fines militares e incluso era difícil imaginar que podríamos imprimir nuestro propio automóvil en 3D. Con este espíritu de transformación, las organizaciones deben esforzarse en realizar un cambio de mentalidad que incida positivamente en sus resultados. Porque la explosión de los datos, la rápida urbanización del planeta o el progresivo envejecimiento de la población son tendencias que, al tiempo de plantear indudables retos, ofrecen también enormes oportunidades.
De la economía circular a la ciber-resiliencia. Existen cinco nuevas formas de pensar que, por sus implicaciones en el futuro, serán fundamentales para el progreso de las empresas. La primera es empezar a “movernos en círculo”, ya que, con el ritmo de crecimiento actual, la población mundial llegará a alcanzar los 9.400 millones de habitantes sobre el planeta en el año 2050 y la clase media global repuntará (Según Brookings Institution Research), hasta los 160 millones en 2030. Esto lógicamente implicará prosperidad y, por consiguiente, mayor gasto en el consumo, que traerá consigo un incremento de las emisiones contaminantes y una demanda de agua que no se podrá cubrir. Esto significaría que, con el ritmo de crecimiento actual, necesitaríamos el equivalente a 2,3 planetas Tierra en 2050 para abastecer toda la demanda.
Afortunadamente, existe un modelo económico viable y opuesto al ciclo “fabricar, utilizar, desechar”, al que estamos hoy enganchados que es la Economía Circular, en la que las empresas transforman sus operaciones y modelos de negocio hacia una visión más eficiente, con menos consumo de energía y basado en una mayor reutilización de los recursos en un entorno en el que las materias primas son cada vez más escasas. Esto significa reinventar la forma en la que los productos son diseñados, fabricados, usados y reciclados. Como recompensa, las empresas que entren en la economía circular contribuirán a mejorar la sostenibilidad del planeta y al mismo tiempo que mejoran su propio rendimiento de negocio, su nivel de innovación y la satisfacción de sus clientes.
La segunda nueva forma de pensar se centra en ofrecer experiencias a los consumidores en lugar de productos y servicios. En los próximos años la Generación Z llegará al mercado laboral y habitarán unas ciudades cada vez más caras. Todo ello trans-