Egos y una España potente
Argentina es junto a Rumanía, Bélgica y la India uno de los países que ha disputado más de una final sin ganarla. Pero ningún país ha tropezado cuatro veces. Las luchas internas en los distintos equipos y dos encontronazos con España han impedido a la albiceleste disfrutar de la Ensaladera. De los argentinos, sólo Del Potro jugó otra final (2011).
Cincinnati 1981. Argentina llegó por primera vez a la final, pero sus dos estrellas, Guillermo Vilas (5º del mundo) y José Luis Clerc (6º) directamente no se hablaban. Perdieron 3-1 con EE UU. El primer día, Batata Clerc recuerda en un libro que John McEnroe se pasó todo el partido insultando a Vilas (que perdió) cada vez que se acercaba a la red.
Moscú 2006. Maradona ya estuvo en la grada, pero no bastó 25 años después: 3-2 ante la Rusia de Safin. Nalbaldián ganó sus dos individuales, pero José Acasuso cayó en el quinto punto contra quien fuera número uno.
Mar del Plata 2008. La gran tragedia de Argentina. Jugaba en casa contra una España sin el lesionado Rafa Nadal. Pero Feliciano López y Fernando Verdasco, motivadísimos por Emilio Sánchez Vicario, firmaron el 1-3. Los celos entre Nalbandián y Del Potro también influyeron.
Sevilla 2011. Argentina llegó a La Cartuja para medirse a Nadal, Ferrer, Feliciano y Verdasco. El gran equipo de España, que luego anunciaría “fin de ciclo”. Y cayó por 3-1. Del Potro perdió sus dos singles y sólo consiguieron el dobles con Nalbandián y Schwank.