AS (Catalunya)

La Champions exige mucho más

El Villarreal, lejos de su nivel y con un arbitraje horroroso, ce en Mónaco y disputará la Europa League

- ALFREDO MATILLA

E l Villarreal sólo hizo méritos para ser equipo de Champions el curso pasado, cuando enamoró con una velocidad de crucero y con un hambre encomiable. En esta previa, salvo algún rato suelto, jamás fue mejor que el Mónaco. Y no sólo por el lastre de las bajas. Ocho en la ida y seis en la vuelta. También porque nunca se comportó como es. Físicament­e no llegó a punto. Y eso condiciona todo. La cabeza quiso pero las piernas no pudieron. Así, más que olvidarse de que la presión y el juego hilvanado le hicieron brillar, es que no pudo ejecutarlo. Si en El Madrigal ya fue una caricatura, esta vez en el Louis II siguió su tratado de impotencia. Por eso este Villarreal dice adiós a la máxima competició­n y es de Europa League. Ahora es el nivel que mejor le queda y, aunque duela, el que más le conviene.

Escribá creyó que el 1-2 del primer partido sólo fue un accidente, así que únicamente cambió a N’Diaye, con el básico plan de buscar el balón largo y rascar en la segunda jugada. Y si mala fue la puesta en escena ante un rival más fuerte, peor pareció la falta de soluciones. Sólo al final del primer tiempo el Villarreal mostró ambición. Despertó tras una buena ocasión de Lemar en el 31’ y después de confirmar que este Mónaco no es lo que fue. Fabinho, buen lateral, juega de mediocentr­o...

El Submarino pudo marcar antes del descanso tras un excelente pase al hueco de Bruno y una buena galopada de Santos Borré, pero al atlético le sobran ganas y le falta temple. Falló un uno contra uno, con todo a favor, que pudo cambiar la eliminator­ia. Para colmo, el colegiado no vio después un claro penalti de Raggi por manos, por lo que la moral amarilla comenzó a menguar después de haber dado un repunte esperanzad­or. Sin solución. El segundo tiempo no trajo mejores noticias. Borré tuvo la revancha. Y a su disparo, alto y desviado, le faltó un control y algo más de conducción. El resto fue lo mismo. Y con menos fuerzas. El Villarreal, sin juego por dentro, no supo hincar el diente a una roca que se limitó a arroparse y a contraatac­ar. No echó de menos a Falcao ni tuvo que tirar de Moutinho más de lo necesario. Sin hacer nada, hasta se encontró la victoria con un penalti de Musacchio inventado. Fabinho no falló.

La derrota castiga a un proyecto que merece más, da la razón a Marcelino en sus quejas de la planificac­ión y deja a los refuerzos cuestionad­os. Con más exigencias y dinero, los mejores volvieron a ser los de siempre. Y eso, no es buena señal. Lástima que los méritos para viajar por la Champions se hagan en mayo y estos billetes se compren en agosto. Tres meses en fútbol son una eternidad. El lateral hizo un par de entradas duras. Vio una tarjeta amarilla, merecida, en el minuto 20.

Sin pegada Santos Borré tuvo un claro mano a mano con 0-0 pero no estuvo fino

 ??  ??
 ??  ?? DECEPCIÓN. Los aficionado­s del Villarreal desplazado­s a Mónaco (unos 250) apoyaro
DECEPCIÓN. Los aficionado­s del Villarreal desplazado­s a Mónaco (unos 250) apoyaro
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain