Torres no espera al nueve
El Niño hizo el primero mientras el club sigue buscando un ariete titular ● El Numancia, serio y sin complejos
El Burgo de Osma se ha convertido ya en una de las capitales del mundo rojiblanco. Ayer, la localidad castellana se volvió a volcar con la visita del Atlético en la cita que abre ya tradicionalmente el curso colchonero. Había ganas de aplaudir al Numancia, el equipo local, y expectación por ver cómo el Cholo va encajando las piezas del nuevo Atlético. Su equipo se presentó muy reconocible sobre el campo. Simeone organizó un 4- 1- 4- 1 con mucha salida por el sector izquierdo, donde Diogo se afanó en entenderse bien con Filipe, tanto en el apoyo en corto como a la hora de aclararle el espacio para la subida al carrilero brasileño.
El portugués, de hecho, protagonizó la primera acción de mérito al dibujar una diagonal que terminó en un disparo fuera de la portería. Era la principal vía de acceso colchonera ante un Numancia bien plantado, al que no se le notaba el menor tiempo de preparación y sin ningún complejo. Arrasate hizo jugar al Atlético en pocos metros y sus hombres mantuvieron un nivel elevado de intensidad. Además, la posesión la ganaban por momentos con un atinado Julio Álvarez entre líneas y un Luis Valcarce que había avisado en una gran jugada personal. Pero el equipo soriano no escapó a la mordedura de Fernando Torres. Fino. Augusto, que había saltado al campo por Koke diez minutos antes, envió un balón frontal entre los centrales y le presentó al Niño la primera oportunidad para recibir de cara en toda la primera mitad. Torres controló en posición dudosa, aceleró y resolvió bien ante Munir. A falta de otro nueve, el fuenlabreño no pierde el tiempo. Ni el regate que le hicieron en las negociaciones de su nuevo contrato ni la búsqueda incesante de un ariete titular le han provocado titubeos a la hora de defi nir.
Tras el descanso dos nuevos onces saltaron al campo. El Numancia aún estaba organizándose cuando un centro de Vietto, tras buena maniobra en la frontal, encontraba la involuntaria colaboración de Regalón y sorprendía a Aitor. El once atlético presentaba un interesante contraste. Los Hernández, Lucas y Theo, compartían minutos en el primer equipo junto a los meritorios Bernabé, Caio, Juan Moreno y Amath. Todos bajo la batuta de una parte de la Guardia del Cholo, Juanfran y Tiago. Al portugués se le vio cómodo, astuto como siempre, y con él el Atlético manejó con más soltura la pelota durante todo el segundo acto.
Ese dominio fue interesante para contemplar cómo se relaciona con el juego Santos Borré. El colombiano, como anunció en su presentación, prefi ere engancharse al centro del campo y asomarse entre líneas para recibir y maniobrar. El Numancia ya no mordía y el Atlético se dedicó, a partir de ahí, a dosifi carse después de dos semanas de palizas en Los Ángeles de San Rafael. El siguiente test ya será de más altura. El Tottenham de Pochettino espera en Australia.