Rahm se hundió después de seis birdies
■ Jon Rahm es un jugador imprevisible, capaz de todo. Incluso en un campo con tan mala historia para el golf español como Quail Hollow (Carolina del Norte). Y una vez más se demostró.
El de Barrika, único superviviente de los cuatro españoles que comenzaron el torneo (García, Cabrera Bello y Larrazábal no pasaron el corte), llegaba a la tercera jornada con una tarjeta de +3, a diez golpes del líder... pero con Rahm no conviene despistarse.
Tras los cuatro primeros hoyos, nada parecía cambiar. Y cuando todos le daban por perdido, su magia apareció en escena: seis birdies entre el 4 y el 14 le auparon al top-5, a seis golpes de la cabeza. Pensar en el título no era descabellado. Pero quedaba la temida parte final, esa que se le había atragantado en las dos primeras jornadas. Y la historia se repitió: un bogey y dos doble bogey entre el 15 y el 18 le despertaron del sueño de un plumazo. Finalizó el día como lo empezó: con +3 y sin opciones de lograr el título.
Hoy se despide de su primer PGA, de su primera visita a Quail Hollow. Un campo hecho para triturar jugadores: Mickelson, McIlroy... no perdona. Al cierre de esta edición el líder era Kisner (-9).