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Generación ofensiva. Bélgica promedia 16 disparos por partido y ha marcado 14 goles. Francia presenta un balance más discreto. Diez tiros por encuentro y nueve goles, aunque realiza dos ataques más (78 por los 76 belgas).
Muy repartido. Distribución de la responsabilidad en ataque de Francia. Griezmann participa en todo (protagonismo en cinco goles), Mbappé desequilibra con el regate (25) y Pogba ha sido clave desde atrás (nueve pases de finalización). Hazard es el futbolista diferencial de Bélgica (26 quiebros y 15 entregas que acabaron en ocasión).
Pavard inicia. Francia acostumbra a estirarse por la derecha por el nivel asociativo del lateral. Pavard es el jugador que más pases de media registra entre los titulares (58) y aparece en las cuatro combinaciones más repetidas (con Varane, Pogba, Mbappé y Kanté).
La estrategia. En el Mundial del balón parado, Bélgica lleva tres goles de córner y uno de centro de falta. Presume de buenos rematadores con Kompany, Vertonghen, Lukaku o Fellaini. Francia empezó a derrotar a Uruguay con el tanto de cabeza de Varane tras un lanzamiento lateral de Griezmann.
Kanté, determinante. Nadie intercepta tantos balones por choque como él (nueve) ni se ha involucrado en tantos duelos defensivos (11). El mediocentro tampoco desluce con balón (92% de precisión en el pase). Figura clave en la estabilidad de Francia.
Meunier, baja. Los de Martínez podrían añorar su actividad en la derecha. Es, después de Bruyne, el jugador que más envíos al área ejecuta (cinco). El 38% de los ataques de Bélgica se dibujan por su costado.