La obligatoria reinvención de CR9
Tras la reciente ceremonia del Balón de Oro se ha abierto el debate sobre cuántos años más veremos a Cristiano en ese duopolio con Messi que los convierte a los dos en claros dominadores del panorama futbolístico mundial. Las dudas sobre el crack portugués, cuyo rendimiento ha sufrido un importante declive en el último año, empiezan a quedar contrastadas. Su edad (31 años) y su pérdida de velocidad figuran como principales argumentos. Porque potencia y velocidad han sido hasta ahora sus armas demoledoras para perforar defensas, pero sin ellas Cristiano empieza a mostrarse impotente y frustrado.
El nuevo reto para él consiste en reconvertir su futbol y aprender a jugar de 9. Aprender a moverse dentro del área, a pensar y definir como un killer, a girarse en una baldosa con los centrales vigilando cada uno de sus movimientos.
Cristiano lo tiene todo para convertirse en el mejor delantero centro del planeta, aunque para ello este curso tendrá que mejorar tres aspectos: su regate en corto, su eficacia ante el marco contrario y su técnica en los lanzamientos de falta. Esas son sus tres asignaturas pendientes. Si las supera podrá vivir en el Olimpo durante unos cuantos años más.