AS (Las Palmas)

La perfección se llama Messi

Leo decide con dos goles un partido sensaciona­l en el Emirates El Arsenal no pudo aguantar el ritmo del Barça Los de Luis Enrique ya se ven en cuartos

- S ANTI G IMÉNEZ

Dijo

Arsène Wenger en la previa del par tido que la perfección en el fútbol no existe, pero si hay algo que se le acerca es Messi. Arsenal y Barça disputaron en el Emirates un encuentro que fue un homenaje al fútbol como concepto. Disputaron ambos equipos un partido en el que los errores fueron la excepción. Nadie se equivocaba sobre el césped y por tanto la resolución del partido quedaba en manos de gente extraordin­aria. Y entonces apareció Messi para justificar la perfección. Puede que el Barcelona no sea perfecto, pero teniendo a Messi, un hombre que es capaz de llegar dos segundos antes que cualquier humano a los balones divididos y que piensa más rápido que cualquier cachivache que se exhiba en el Mobile World Congress, los encuentros acabarán siempre por decantarse del lado blaugrana. Ganó 0-2 el Barcelona en el Emirates en un partido sensaciona­l por ambas partes que únicamente podía decidirse gracias a un genio. Y el genio en cuestión viste el 10 en la espalda con el escudo blaugrana en el pecho.

Si Messi hubiera jugado con el Arsenal estaríamos hablando ahora mismo de un triunfo del equipo inglés, pero Leo regresó a su competició­n favorita con la idea de convertir la vuelta en el Camp Nou en un trámite y lo logró con dos goles definitivo­s que sitúan al equipo de Luis Enrique virtualmen­te en cuartos de final.

El equipo de Berlín. Evidenteme­nte, Messi no lo logró solo. Detrás suyo tuvo un equipo monstruoso en el que los once elegidos por Luis Enrique jugaron de inicio a fin sin un solo cambio. El mismo equipo que ganó la última final de la Champions en Berlín jugó los 90 minutos en Londres aplicando todos los registros posibles que se le pueden exigir a un gran equipo.

El portero, Ter Stegen, estuvo fabuloso cuando se le necesitó; los centrales dieron un curso en defensa; Busquets, Iniesta y Rakitic fueron un rodillo que doblegó a los ingleses a base de posesión y en la delantera, Suárez y Neymar no le dieron un minuto de descanso a sus marcadores... y luego, luego quedaba Messi. El diferente, el mejor del mundo que apareció para marcar distancia. La diferencia entre un gran partido y un encuentro perfecto se llama Leo Messi.

En la primera parte, ambos equi- pos dieron lo mejor de si mismos, pero el tiempo corría a favor de los barcelonis­tas. Cada ocasión que conjuraba Ter Stegen era una frustració­n para un Arsenal que sabía perfectame­nte que todo el esfuerzo que estaba realizando en una primera parte modélica le iba a pasar factura en la segunda.

Si en el primer tiempo el Barcelona se aferró a Ter Stegen y a la posesión de balón, en la segunda, el equipo inglés empezó a sufrir. Este Barcelona es una apisonador­a que te mata por insistenci­a.

Tenía claro el Barcelona que la clave del partido estaba en esperar a que el Arsenal se desordenar­a. Era cuestión de dejar pasar el tiempo hasta que los ingleses se pusieran nerviosos pensando en la vuelta. En la segunda parte, el Arsenal olvidó su orden y se lanzó contra la portería de Ter Stegen y al primer contragolp­e, Messi batió a Cech. A partir de ahí, el Barcelona era consciente de haber ganado el combate. A siete minutos del final, una nueva acción de Messi acabó en penalti que el propio argentino convir tió dejando la eliminator­ia sentenciad­a y demostrand­o que cuando hay que echar mano de la perfección, Leo siempre aparece y que la perfección se llama Messi.

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