AS (Levante)

Un Llull heroico da la cuarta seguida al Madrid

El Valencia apretaba y rescató a los suyos con ocho puntos en un minuto

- RICARDO GONZÁLEZ

‘El rey’ El Madrid lleva cinco títulos coperos desde que llegó Laso

Ganar y emocionar, transmitir pasión, entrega y fe sin límites es el santo y seña de este Real Madrid campeón, devorador de títulos que vive una segunda época dorada. Es el Madrid de los desafíos casi imposibles, de la ambición sin fin, de los récords. Es el Madrid de Sergio Llull. Diez puntos al final, ocho en un minuto, para elevar a su equipo, para ser el MVP y ganar su cuarta Copa consecutiv­a, una gesta inédita con el formato de fase final.

Cuatro trofeos coperos, cinco en seis años desde el advenimien­to de Laso. Un puñetazo en la mesa del palmarés: son ya 27 por 23 del Barça. Título que llega con la victoria 15 en la Copa en los últimos 16 partidos. Exhibición de músculo durante un lustro, pero sobre todo de capacidad de reacción, de instinto de superviven­cia. El de esta Copa. Porque para ganar al Valencia el Real tuvo antes que sobrevivir con las fuerzas al límite, con la mochila al hombro de las dos prórrogas ante el Andorra y el Baskonia. Nunca dejó de creer: 99, 7 puntos de media. 22,3 de Llull y 21,7 de Randolph. Qué bárbaro.

Ambos equipos llegaron con el yoga hecho de casa. Sin nervios. Buen baloncesto e ideas muy claras. El Valencia pasaba y bloqueaba a la caza del desajuste. Dubljevic hacía una gran labor, también San Emeterio. El rival respondía con serenidad. Llull manejaba el cotarro. El talento de Randolph y la entrada de Ayón abrían brecha: 20-13. Calma.

El Valencia no se descompuso. Perseveró y abrió el balón al perímetro. Doncic le daba un buen relevo a Llull, aunque fue con la vuelta del menorquín, y con Nocioni, cuando la renta creció: 40-30. El control de la situación, sin embargo, se le escapó por la gatera de los rebotes.

Nadie sacaba los pies del tiesto. Cada uno clavaba su ejercicio de gimnasta. El eje Saneme-Dubljevic a Laso le parecía el del mal, a Martínez, bendición del cielo. Enfrente Ayón. Su equipo boqueaba y el Valencia cargó con todo, con Oriola y Thomas. Apabullaro­n en el rebote (39 a 23) y subieron la apuesta. Presión: 68-68.

El pulso se invertía. Al Madrid se le encendía la reserva. Y cuando eso pasa… toca rearmarse. Cabeza fría para apuntalar las debilidade­s y leer las virtudes. ¿Qué ocurrió? Talento al rescate. Triples de Carroll (2), Llull y Doncic. Y un tirito lejano de Randolph para sobrevivir. Iban con el gancho, era la ocasión de oro del Valencia, 87-85 y… Llull, Llull, Llull. Triple, entrada y de nuevo triplazo en menos de un minuto. Y luego dos libres para amarrar la Copa, o parecerlo. Porque un triple de San Emeterio y un robo de Sastre casi voltean la tostada. Pitaron otra vez campo atrás, pero rectificar­on. No lo era. Al Valencia le restaban 9 décimas. Van Rossom ni lanzó. Diez tantos de Llull para firma el póquer, la cuarta seguida. Histórico. MVP.

 ??  ?? CAMPEONES. Los jugadores y el cuerpo técnico posan con el trofeo. Cuarta copa seguida para el Madrid que ha conquistad­o cinco en los últimos seis años.
CAMPEONES. Los jugadores y el cuerpo técnico posan con el trofeo. Cuarta copa seguida para el Madrid que ha conquistad­o cinco en los últimos seis años.

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