Los deberes: la Ley del Deporte, financiación...
También hay frentes en el baloncesto y balonmano
Con las aguas del fútbol reconducidas, tras la salida de Ángel María Villar de la RFEF, y LaLiga con buena salud económica y sirviendo de sostén al resto de deportes, los retos de Rienda deben orientarse hacia la financiación del olimpismo y el marco legislativo.
Ley del Deporte.
La sustitución de la de 1990 era el objetivo de Lete. Existía consenso entre PSOE, Ciudadanos y Podemos, y este mes se iba a presentar un borrador. Pero el mundo del deporte quiere más. “La Ley debe ser el resultado de definir bien el modelo, no un parche”, advertía Alejandro Blanco. Urge definir bien la relación entre comunidades y territoriales (promoción) y las nacionales, que se ocupan del alto rendimiento. Se reclaman, además, planes cuatrienales (ciclo olímpico).
Plan de financiación.
Es la gran reclamación del COE y de ADESP. “La Ley debe estar acompañada de un plan de financiación y otro estratégico; si no, no servirá de nada”, dicen. De 73,3 millones de subvenciones del CSD a federaciones en 2009 se bajó a 35,1 en 2013, y para este año (los presupuestos serán los que hizo el PP) habrá 54. Según el estudio comparativo de ADESP con otros diez países, harían falta 120 millones más. Un impuesto sobre el 1% de las apuestas deportivas online es una reclamación (podría aportar 50 millones extras). Y promulgar una Ley de Incentivos Fiscales que contemple la especificidad del deporte.
ADO.
El gran sostén del olimpismo hace aguas. De los 51 millones de Londres 2012, a los 35 de Río 2016. Y para Tokio 2020 hay 22. Son 14 menos. De ellos, 18 millones son de patrocinadores y el resto aportado por el CSD con el montante del dinero del fútbol. La forma de retorno a las empresas, para hacerlo atractivo, debe cambiar.
IVA.
Como el cultural, el deportivo subió al 21%. En Francia, sólo es de un 5%. “La rebaja del IVA sería deseable. Si consideramos que el deporte ahorra en Sanidad”, cuenta Raúl Chapado, de Atletismo.
Baloncesto.
El pasado mes de septiembre, la ACB aprobó la reducción de la Liga de 18 a 16 equipos a partir de la 2019-20 y en unos plazos ya imposibles de cumplir: se requerían dos descensos y solo un ascenso desde la LEB este verano y el próximo. El plan contaba con el apoyo de Lete, pero la Federación (FEB) se negó a que los ascensos se redujeran a uno. El formato y número de equipos es el principal asunto que afectará a Rienda. También la permanente crisis de la ACB, aún sin presidente.
Balonmano.
La Federación cree que la Asobal no está rentabilizando los éxitos de los Hispanos y las Guerreras. Hay cisma. Y guerra con el nuevo convenio.